El bueno de Pedro Molina me ayudó a crear el proyecto “Apostando por lo Nuestro” y todas sus manifestaciones y acciones siempre estuvieron encaminadas a defender y potenciar a los productores y los productos agroalimentarios de Canarias. Relanzó la cooperativa del campo “La Candelaria” y su fábrica de piensos, potenció la quesería Benijos, colaboró en la modernización de nuestro Matadero Insular y en la transformación de la Caja Rural de Tenerife en Cajasiete. Tuvo el coraje de montar el proyecto Teisol (que debió haber funcionado a tope) pero para ello debíamos haber tenido muchas granjas de cabras y vacas repartidas por toda la isla, y Pedro se topó con una vergonzosa, cruda y puñetera realidad. Muchos políticos apostaron (y apuestan) por el sector primario, pero solo “por delante”, mientras que luego “por detrás”, hipócritamente, ponían (y siguen poniendo) todas las pegas habidas y por haber para la instalación de granjas y explotaciones ganaderas y, con ello, hacer de verdad realidad el desarrollo del sector.
Pedro Molina Ramos (i) junto a su gran amigo vasco, José Ignacio Isla (q.e.p.d.), ambos grandes defensores del “Sector Primario” y de los juegos y deportes rurales.