Y eso se notó en la cena de despedida celebrada hace unos días y en la que, un montón de amigos y colaboradores (que pagaron religiosamente su cubierto) tributaron un merecido homenaje a Pedro Galán García y, por extensión, a su distinguida esposa y leal compañera, María Antonia Gil de Sola Simarro, quien le ha acompañado en toda su brillante carrera y trayectoria militar (incluyendo creo que 12 mudanzas de casa, conforme Pedro Galán iba ascendiendo o cambiando de destino). Ahora, Pedro Galán y María Antonia (ya hijos adoptivos de Tenerife y Canarias, a todos los efectos) fijarán su residencia en Madrid donde podrán disfrutar de un merecido descanso profesional y, sobre todo, de sus dos nietos y por ello debilidades: Óscar, que vive con sus padres en Washington (USA) y Mayte, que con sus padres reside en España. Desde aquí nuestro reconocimiento y afecto a Pedro Galán, con los deseos de larga vida con salud junto a María Antonia y los suyos. Y si me lo permiten, como ex-sargento de IMEC, ¡siempre a sus órdenes, mi general!
El Capitán General de Canarias, Pedro Galán García, junto a su esposa, María Antonia Gil de Sola.