En cambio y por el contrario, el inteligente alcalde Lagunero, José Alberto Díaz Domínguez (quizá más cercano a la bandera canaria de las siete estrellas verdes) supo estar a la altura y participó en el acto de forma institucional y respetuosa, dando ejemplo vivo del más puro espíritu lagunero, siempre abierto a todos y respetuoso con todos. Al final del acto y antes de un sencillo brindis ofrecido en el antiguo cuartel de Artillería del Cristo, el propio José Alberto Díaz y en nombre del municipio lagunero obsequió al jefe del Mando de Canarias, teniente general Carlos Palacios Zaforteza (Capitán General de Canarias) con una reproducción de la Real Cédula firmada por la reina Juana I de Castilla (Juana “La Loca”) por la que se estableció el escudo oficial de Tenerife y que, además, es el de La Laguna, porque en aquel momento era la capital de la isla. Y es que hay que ser respetuoso con todos los sentimientos y sensibilidades. En esta tierra nuestra hay espacio para todos y para que todos se manifiesten, sin fastidiarnos los unos a los otros. Amén.
José Alberto Díaz hace la entrega a Carlos Palacios de la reproducción de la Cédula de la reina Juana I de Castilla, sobre el escudo de Tenerife y La Laguna.