Además, y como creo que reconoce y valora Bernardo Álvarez, cada vez más, las hermandades y cofradías ayudan al mantenimiento y conservación del patrimonio religioso de nuestras islas, que muchas veces, por cierto, es un gran reclamo para turistas nacionales y extranjeros, que luego dejan sus perritas en nuestros pueblos y ciudades. Para desarrollar esa labor de conservación y la social y caritativa, callada y permanente a lo largo de los años, las cofradías cobran sus cuotas, solicitan y recaudan donativos voluntarios, realizan actos, venden rifas y décimos de lotería, etc. Pero ni la Esclavitud del Cristo, ni cualquier otra hermandad o cofradía, tiene capacidad para fabricar billetes.
Miembros de la Esclavitud y familiares de los mismos, ayudando a servir una comida para los ancianos y ancianas residentes en el Hogar Santísimo Cristo.