Cambio de tercio finalizando El Cotarro de hoy, recordando, lamentablemente, la partida para siempre de un gran amigo que fue maño de nacimiento y tinerfeño de adopción. Me refiero al gran Luis Lerín Aznar, un claro ejemplo del dicho de que uno no es de donde nace (que también) sino de donde pace. Luis Lerín vino muy joven desde Zaragoza y trabajó como nadie en un montón de sitios, ganándose, poco a poco el cariño y respeto de todos y, también poco a poco, labrando una trayectoria empresarial digna de elogio. De prácticamente comenzar “de pibe” en el veterano hotel Moreque, en Los Cristianos (Arona), fue arriesgando y luchando hasta consolidar merecidamente un patrimonio que, lejos de despalillarlo (como otros) lo invirtió de nuevo en Tenerife para generar mucha riqueza y puestos de trabajo en nuestra isla. El bueno de Luis Lerín fue uno de los que hizo posible la construcción e instalación de la primera fábrica de tuberías plásticas de Canarias, Canplástica, con lo que nuestra tierra, durante el boom de la construcción, por fin no tuvo que depender solamente de marcas multinacionales.
Luis Lerín Aznar, siempre positivo, siempre optimista, siempre sonriente.
UNA GRAN PERSONA QUE HA DEJADO UNA GRAN HUELLA EN TODOS LOS QUE LO DISFRUTAMOS. PORQUE , A LUIS, SE LE DISFRUTABA.UN GRAN PADRE, MARIDO Y AMIGO. DE LAS PERSONAS QUE DEJAN LUZ HASTA CUANDO SE VAN.D.E.P.
Todo un gran caballero…..