EN VÍSPERA DEL DÍA DIFUNTOS, LA CRUDA REALIDAD

Este domingo me cuesta comenzar El Cotarro de esta manera, pero, siendo hoy la víspera del “Día de Difuntos”, o como decimos en Canarias, el “Día de Finados” (o “finaos”) y queriendo ser coherente y consecuente con lo que ha pasado, creo que debo hacerlo. Y lo hago dedicándoselo a monseñor Albert Martin Happe, el obispo de Mauritania, que, con una simple y sencilla respuesta, me abrió los ojos y me dejó comprometido. En las últimas semanas han llegado más de mil inmigrantes a las costas de nuestras islas, pero nunca sabremos cuántos miles más han perecido en el mar, intentando llegar a tierra y comenzar una nueva vida, pero hoy son fieles difuntos. Por primera vez en la historia de El Cotarro voy a hacer a continuación una cosa especial y con ella, deseo y espero aportar otro granito de arena para que, entre todos y en su origen, pueda mitigarse y hasta solucionarse (al menos en parte) la cruda tozuda y puñetera realidad de la inmigración.

El obispo de Mauritania, Albert Martin Happe, en su única iglesia católica de Nuakchot

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