LA IDEA DE WESTERDAHL Y SARTORIS

♦ La gran afluencia de artistas extranjeros al Archipiélago, en unos años de auge cultural sin precedentes, llevó a Eduardo Westerdahl, en 1933 a plantearse una idea que le acompañaría el resto de su vida, y sobre la que se posicionaría el bloque de redactores de Gaceta de Arte en uno de sus últimos números del año 1935: «se propugna el establecimiento en Tenerife de una residencia de invierno para intelectuales europeos». El arquitecto italo-suizo, Alberto Sartoris, conocedor de las residencias de artistas en Suiza y Francia, impulsaría definitivamente la idea que acabaría siendo nominada como «Residencia Canaria de Cultura Internacional». En 1953, fruto de su buena relación con Westerdahl, desembarcó en Tenerife, aunque no por primera vez, el arquitecto Sartoris aceptando una invitación del entonces alcalde de Puerto de la Cruz, Isidoro Luz Cárpenter, que también era presidente del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias.

el cotarro - Eduardo Westerdahl el cotarro - Alberto Sartoris

Eduardo Westerdahl (a la izquierda) y Alberto Sartoris

RESIDENCIA CANARIA INTERNACIONAL

♦  Fue en ese momento, ya en la Isla, cuando realizó el primer diseño basándose en terrenos propuestos por el mandatario portuense en las cercanías del Hotel Taoro para dar forma al diseño definitivo, que no llegaría hasta 1964. Precisamente en este año, siendo presidente del Cabildo Isidoro Luz, se firmó el que parecía iba a ser el acuerdo definitivo para patrocinar la construcción y posterior funcionamiento del conjunto denominado Residencia Canaria de Cultura Internacional, dedicado a fines culturales y de intercambio entre países de Europa y América… Sin embargo, las condiciones socio-económicas de la sociedad canaria de la época, el cambio en la presidencia del Cabildo y necesidades de infraestructuras de comunicación de mayor urgencia, paralizaron el proyecto apenas iniciado. Fue así como hasta la actualidad esta idea ha quedado relegada a un segundo plano y prácticamente desdeñada. Los principios y la función cultural y social que sustentaron aquella propuesta de Westerdahl y Sartoris hoy siguen manteniendo intacto su valor, a pesar de haber transcurrido cincuenta años…

Eduardo Westerdahl - Gaceta de Arte

En 1934 y de izquierda a derecha: Domingo López Torres, Benjamín Peret, Eduardo Westerdahl, Jacqueline Breton, André Breton, Agustín Espinosa, José María de la Rosa y Domingo Pérez Minik. (Foto de A. Benítez)