José Carlos Marrero González

Fastidiará asimilarlo y mucho más reconocerlo públicamente, pero es la puñetera realidad. Pocas voces canarias y por Canarias suenan libres e independientes en las Cortes Generales. Bien es verdad que, aparte del Congreso, también en el Senado, se ha oído alto y clara la voz del palmero Asier Antona Gómez desde la bancada del Partido Popular en la Cámara Alta y la del senador autonómico por Coalición Canaria, Fernando Clavijo, desde el grupo Nacionalista del Senado. Fuera de ellos, salvo error u omisión, el resto de diputados y senadores canarios parece que están mudos y brillan por su ausencia. La voz de Podemos y su líder y diputado tinerfeño, Alberto Rodríguez, se echa también en falta de forma clara y contundente a la vista de lo que está pasando. Pero, claro, ¿Quién es el que se atreve, desde las filas del PSOE o de Podemos, ha plantarle cara a Pedro Sánchez o Pablo Iglesias? Por ello, casi todas las miradas van haciaAna Oramas, quién es, de dónde viene y lo que representa. Y por eso, cuando habla de posibles partidos independentistas y hasta se atreve a mentar al mayoritariamente no querido MPAIAC, a muchos se le abren las carnes, se les ponen los pelos de punta y empiezan a temblar.

Fernando Clavijo (CC) en otro cordial saludo, o “pulso” con Asier Antona (PP)

Así las cosas (y voy terminando) no es difícil entender que en los últimos (y más aún en las últimas horas) muchas personas de al menos tres partidos, se hayan planteado y estén debatiendo la oportunidad y conveniencia de que, ante el trato que el PSOE le está dando al presidente de Canarias, que, repito es compañero de partido, y a todo el resto del Gobierno canario (que están calladamente subiéndose por las paredes) se plantee una moción de censura contra, precisamente, Ángel Víctor Torres y su actual Ejecutivo. Y la cosa (que no es coña) se ha hablado ya (al menos) en Tenerife, Gran Canaria, La Gomera y Lanzarote. Y, como para presentarla hay que proponer a un candidato para coger la Presidencia y según nuestro Estatuto de Canarias el presidente tiene que ser diputado, obligatoriamente, se estaría pensando en la persona del también grancanario Román Rodríguez Rodríguez, actual vicepresidente.

Román Rodríguez podría pasar de “vice” a presidente, vía moción de censura

A partir de todo lo dicho, la realidad que vivimos y la problemática que sufrimos, gente de aquí y de allá han sacado lápiz, listados, calculadoras, para analizar y debatir estrategias a corto, medio y, sobre todo, largo plazo. Todo pasaría, de forma muy especial y clave por el propio Román Rodríguez, Fernando Clavijo y Ani Oramas, junto con otras influyentes personas que son “manos derechas o izquierdas” de los tres.El PSOE tiene 25 diputados en el Parlamento Regional, que junto a los 4 de Podemos, sumarían 29. Por su parte, Coalición tiene 20, Nueva Canarias tiene 5 y la Agrupación Socialista Gomera (léase Casimiro Curbelo) sumarían 28 y si se unen los 2 de Ciudadanos, ya tendrían 29 votos.

Pero el Reglamento del Parlamento de Canarias dice que la moción requerirá de la mayoría absoluta de la Cámara, en el caso nuestro, 36 votos. Así las cosas… ¿Los del PP se sumarían a esa posible moción (o les “prestarían” 7 votos) con tal de que aquí no gobernara el PSOE?… La cosa está curiosa, peliaguda y difícil, pero no imposible.

Fernando Clavijo (i) saludando (o echándole otro pulso, según se mire) a Román.

De hacerse realidad esta historia que les cuento, Román Rodríguez pasaría a ser el presidente de un Gobierno en minoría, que estaría solo apoyado por Coalición, Nueva Canarias, los gomeros de Casimiro y probablemente por Ciudadanos. El PP sería clave para la estabilidad en momentos de crisis, pero el experimento hay que verlo como una siembra para recolectar éxitos de cara al 2020 o 2023, en las elecciones generales o en las regionales, cuando caigan cada una de ellas.Termino con una historia real, que este fin de semana está circulando por estos andurriales canarios, y tiene que ver con el final de la película titulada “Una herencia inesperada”,dirigida por Steven Robman el año 2006. Dice así… “Había una vez un perro llamado Cecé y un gato llamado Enecé, que no se llevaban muy bien… Pero las cosas cambiaron… Se dieron una oportunidad y dejaron de pelear… Lo suficiente como para escucharse… El perro se dio cuenta de que el maullido del gato era un instrumento hermoso… Y el gato descubrió que el ladrido del perro era el canto más asombroso que había oído jamás… Cecé y Enecé aprendieron que eran mucho más inteligentes, más felices y más fuertes juntos, de lo que nunca habrían sido estando separados”.Amén.