CARLOS PINTO EN LA PRESENTACIÓN DE LA 1ª GUÍA *

Existen sobradas razones para que nuestra isla, Tenerife, merezca una atención pormenorizada que dé cumplida cuenta de sus peculiares elaboraciones culinarias, desde las populares rurales hasta las más sofisticadas de los restaurantes de élite.

En esta nueva Guía Gastronómica de Tenerife, que tengo el honor de presentar a ustedes, un equipo de capaces redactores, consultores y amigos, animados por la indiscutible y motivadora personalidad de José Carlos Marrero, ha conseguido construir una excelente edición del amplio, documentado y difícil trabajo sobre lo que en ella aparece.

Señalaré que una Guía Gastronómica ha de ser, siempre, noticia sobre tal materia, pero nunca una propuesta valorativa y menos aconsejadora sobre lo que en ella aparece.

Una de las significaciones de la palabra guía es la de acompañar, de modo que la ayuda que se preste sea lo más objetiva posible, dentro, naturalmente, de las limitaciones que la objetividad posee. Y esta condición ha sido plenamente cumplida en este libro, por lo que debemos felicitarnos.

En mis excursiones por el mundo de la gastronomía, he visitado y comido en el, para mí, mejor restaurante del mundo, pese a la opinión contraria de la célebre Guía Michelin. Me refiero a “Lucas Carton”, en Paris. Y también lo he hecho en el peor restaurante del mundo, igualmente en Paris, que era griego y de cuyo nombre no quiero acordarme, pues pasé en él uno de los momentos más comprometidos de mi vivir gastronómico.

Pues bien, “Lucas Carton” no aparecía en la Guía que consultara y sí lo hacía aquél horrible lugar donde comer era la más alucinante aventura. Quiero decir con ello, subrayándolo, que estar o no estar en una guía de establecimientos de restauración, no es siempre, señal significativa de categoría o insignificancia.

Aquí, en este libro, cien restaurantes de Tenerife -hay en la Isla más de dos mil- aparecen señalados con sus exactas condiciones pero, y esto el lo que más me agrada de la guía, nunca se atribuyen desmesuradas calificaciones ni elogios vanos, no interviniendo el juicio de valor, algo tan eminentemente personal que no conduce, por tanto a la evidencia y la verdad.

Esto me lleva a pensar en que, esta guía, a la que auguro nuevas ediciones, pues tiene unos firmes cimientos, cambiará nombres, quitará unos pondrá otros en sus próximas ediciones, porque una cosa es cierta: en el terreno de la restauración, no hay peor enemigo que el apoltronamiento, cosa que, por experiencia, sé que sucede con penosa frecuencia en los restaurantes de nuestra isla, que llega uno un día a alguno de ellos y come bien, pero pasado el tiempo, volver a comer allí el sólo un aburrimiento, cuando no hay tortura.

Comer bien es comer lo que se quiere, cuando se quiere y como se quiere; todo lo demás, queridos amigos es vanidad y literatura gastronómica.   Huyamos de los establecimientos con cartas de comida interminables; generalmente, todo lo que aparece en ellas, deja mucho que desear.

Y antes de concluir, me permitirán ustedes que hable de la cocina autóctona, de nuestra cocina. Y diga que es limitada y llena de platos foráneos, como es costumbre en los sitios de paso, tal las Canarias, por eso mismo universalmente en su cultura gastronómica y en las otras formas de cultura, lo cual es bueno, ya que el mestizaje, como decía Carlos Fuentes, es la señal de civilización y el progreso en el mundo.

Me aterra llegar a un restaurante de comida típica y encontrar en su carta platos como éste: “Pierna de cabritillo a los aromas de los altos de Araya, con patatas a la vieja usanza”. Cuando esto ocurre, suelo tomar un aperitivo y salir del local como alma que lleva el diablo.

Terminaré esta charla con un breve relato, al que ustedes encontrarán la moraleja. Pasaban unos días en Tenerife con nosotros, mi llorado e íntimo amigo Néstor Luján y su mujer mi adorada Tin Agut. Hicimos una excursión a la Isla y se nos hizo tarde para comer. Buscando, con prisas, un restaurante o casa de comidas, allá por los altos de Icod, paramos frente a un guachinche y entramos en él.

Era pequeño, pero limpio, con solo seis mesas cubiertas por manteles de hilo, blancos y viejos. Preguntamos por la comida. “No tenemos nada”, nos dijo la señora que nos recibió. ¿Algo tendrán?, dije yo. “Bueno, la comida de la casa”, respondió. ¿Y no podrían ponernos un plato de ella?, pregunté… “Si se acotejan con eso, sí”, dijo la buena mujer.

Y nos sirvieron pan del día y queso fresco, un generoso plato de potaje de berros, con su medida piña de millo, una carne en adobo con papas bonitas arrugadas, –“es de ayer”, nos explicó Dña. Concha, que así se llamaba- y unos plátanos manzanos de postre. ¿Y el vino?, pregunté. “No tenemos más que el nuestro”. Y trajo una jarra grande para agua, llena de un Clarete perfecto, que ya, a decir de Maese William Shakespeare, lo bebía Falstaff a dulas.

Esta es comida nuestra, le dije a mis amigos. Aquello fue una gloria. Cuando acabamos, pagamos y dimos las gracias. Salimos a la carretera. Caía la tarde, una de esas tardes del norte de la Isla que son únicas. Y Néstor dijo: “Somos unos insensatos, yendo a restaurantes de lujo. Esta es una experiencia gratificadora, amigo mío. Hacía tiempo que no comía tanta pureza”

Al regreso, iba yo pensando cuánto oropel innecesario llenan los restaurantes. Y me sentí feliz por haber comido en aquél sitio, lejano desconocido, que se había puesto delante de nosotros en una carretera de nuestra tierra, que bendita sea entre todas las tierras, por los siglos de los siglos.

* Palabras pronunciadas por Carlos Pinto Grote en el acto de presentación oficial de la primera edición de la Guía Gastronómica de Tenerife y primera guía gastronómica de Canarias (hoy GastroCanarias.com), el 12 de diciembre de 1996, en Santa Cruz de Tenerife.

FOTO 11.- Carlos Pinto Grote fumando

Don Carlos Pinto Grote. Descanse en paz.

Bnn_Careca

MIENTEN EN YCODEN-DAUTE-ISORA

♦ Para comenzar este domingo dejando las cosas claritas, decirles que el periódico EL DÍA no miente y que la sección El Cotarro y el redactor de la misma (que soy yo) tampoco… Dicho esto rectifico el titular de este párrafo porque, siendo profesional y honesto, en verdad no miente Ycoden-Daute-Isora, sino que miente la persona que escribió o mandó a escribir la «nota de prensa» emitida el pasado lunes por el Consejo Regulador de esta querida D.O., que se supone preside Guillermo Caldentey, nota en la que se me acusa de que no es verdad lo que escribí el pasado domingo en esta página… No es cierto que la Denominación de Origen Ycoden-Daute-Isora no fuera invitada a participar en el programa MasterChef… Todo lo contrario…

FOTO 1.- Ycoden-Daute-Isora

La D.O. Ycoden-Daute-Isora, sí fue invitada para estar en el programa MasterChef

EL PRESIDENTE Y ALGUIEN MÁS

♦ Para empezar, sabe Guillermo Caldentey Mascareño, el recientemente nombrado presidente del Consejo de Ycoden-Daute-Isora, que su D.O. fue invitada hasta tres veces para estar en MasterChef, como asimismo fue invitada a estar presente en la llamada «Isla del Vino» montada en el 2º Salón Gastronómico de Canarias…. Y no me lo puede negar nadie porque fui yo mismo, en mi condición de coordinador del Plan de Gastronomía de Tenerife, quien hice tres llamadas de información y de invitación a otras tantas tres personas…Prefiero no aburrir a los lectores de El Cotarro con este triste, lamentable y mezquino episodio pero, si alguien está interesado en el tema, les recomiendo leer el artículo que he redactado y que hoy mismo se publica en la página … de este periódico EL DÍA. Léanlo y luego brinden con vino de Tenerife… De Ycoden, por supuesto.

FOTO 2.- Guillermo Caldentey Mascareño

Guillermo Caldentey Mascareño, presidente del Consejo de la DO Ycoden-Daute-Isora

MEDALLA MUNDIAL PARA TENERIFE

♦ Y puestos a brindar, que sea hoy con el Híboro de Bodegas La Hijuela, una pequeña bodega familiar que regenta Jesús Ramírez Rosado junto con su esposa Carmen González Segovia… Y es que el exquisito Híboro ha conseguido para Tenerife nada más y nada menos que Medalla de Plata en la edición 2015 del prestigioso y exclusivo concurso “Syrah du Monde”, que se celebra cada año en el Château d’Apuis, en el pueblo de Ampuis (norte del Valle del Ródano) en Francia… En este prestigioso y exigente certamen se produce anualmente un competitivo “enfrentamiento” cualitativo entre los mejores vinos del mundo elaborados exclusivamente con uvas de la delicada variedad Syrah… Los jueces catan los vinos llegados en base a estrictas reglas internacionales y rigurosos procedimientos, lo cual hace mucho más meritorio el triunfo del vino tinerfeño que produce Ramírez.

FOTO 3.- Jesús Ramírez con Híboro

Jesús Ramírez con su Híboro, medalla de plata mundial.