HUMOR, HUMOR, BENDITO Y SANO HUMOR

Y a riesgo de que me critiquen y me pongan “a caer de un burro” o, como se suele decir, a “caldo de potas”, voy a expresar mi opinión desde mi personal y absoluta libertad y responsabilidad, pero siempre con ánimo positivo y con mi absoluto respeto a todo el mundo. Y por ello tengo que comenzar con la inmensa nostalgia del humor en el mundo de las murgas. Creo en lo que voy a manifestar coincido con maestros murgueros como Enrique González o Nicolás Mingorance (Nifú-Nifá), el “trónico” Tomás Carbajal, nuestro “Tom Barbi” (el único que dirigía la murga Diablos Locos con el pie) o Antonio “Chocolate” Ramírez y Manolo Peña (Mamelucos). Para mí (y creo que para ellos y muchos otros veteranos) una murga tinerfeña se caracteriza y debe tener su esencia en el humor. La base era coger una canción (recomendablemente popular y no necesariamente un popurrí) para cambiándole la letra con un humor, proceder a realizar, con humor (repito) una crítica aguda, satírica, punzante y hasta de denuncia y reivindicativa, pero siempre desde el respeto y, una vez más sea dicho, con inteligente humor.

El querido y recordado Enrique González Bethencourt, “alma páter” de la Nifú-Nifá

SIEMPRE EL HUMOR FRENTE A LA AGRESIVIDAD

Con todo respeto (repito) creo que a nuestras murgas de hoy les sobre las puestas en escena con tantas coreografías, sketches, cambios de vestimentas y, sobre todo, una especie de negatividad y agresividad que lo inunda todo y con motivos y temas eminentemente localistas (por no decir pueblerinos), donde el humor inteligente brilla por su ausencia. Parece como si estuvieran cabreadas con todo el mundo mundial y hasta consigo mismas, a veces rayando el insulto. Todo eso sin olvidar que, en la mayoría de los casos, no se entienden las letras. Antes la gente compraba los libretos para ver las buenas y desternillantes letras de Mingorance, Tom Carby, Manolo Peña y otros muchos, porque, al ser canciones conocidas y populares, la ciudadanía podía cantarlas con las letras cambiadas con sano y tremendo humor, para criticar a los políticos de uno y otro lado. Reivindico el humor en nuestras murgas frente a la agresividad, la alegría contagiante frente a la tristeza pesimista. Ahora solo me falta manifestar que deseo y espero que las murgas encajen esta opinión y mi crítica, con humor y deportividad. Amén.

Imagen del trónico murguero Tom Carby, que he tomado “prestada” del blog del gran Manon Marichal, al que pido perdón y le agradezco su gran labor a favor del Carnaval.

LOCALISMOS FRENTE A UN MUNDO GLOBAL

Faltó decir que en otros tiempos y con canciones populares y conocidas en toda España, nuestras murgas eran apreciadas en toda España y valoradas por sus humorísticas y satíricas letras, que se entendían claramente, porque trataban temas generales conocidos por las mayorías, y no se centraban solamente en temas locales muy puntuales. Recuerden la letra de la canción “Los Huevos de Alacrán” de Enrique González y Mingorance cuando denunciaban la traída de arena de África para nuestra Playa de Las Teresitas. Ahora, lo que se ha hecho popular y famoso, y por ello corre mayoritariamente por las redes sociales, son las ingeniosas y simpáticas letras de las chirigotas de Cádiz. Busquen en YouTube a la ganadora de este año, que fueron “Los Cadizfornia”, dirigidos por José Antonio Vera Luque. Véanlos y disfruten.

Detalle de la actuación de Los#Cadizfornia, en la gran final de chirigotas 2020 del Carnaval de Cádiz, en el Teatro Falla de Cádiz, con José Antonio Vera en el centro.

ARRASTRADORAS, CARGADORAS, EMPUJADORAS

Este “Domingo de Carnaval” vuelvo un año más a compartir con ustedes una reflexión que espero algún día alguien la haga suya (si procede y lo cree oportuno, claro). Igual ahora se monta con ello una polémica, pero así entramos en calorcito… Otros años se lo dije a los anteriores regidores y responsables de la cosa, y este año vuelvo a decírselo a la carnavalera alcaldesa santacrucera, Patricia Hernández Gutiérrez, y a su concejal de la fiesta, Andrés Martín Casanova, que las candidatas a Reina del Carnaval chicharrero vienen siendo en cada gala unas muy guapas y simpáticas arrastradoras, empujadoras, cargadoras y/o soportadoras de una mole llamada “traje o fantasía”, pero que, en verdad, son pequeñas carrozas unipersonales. Las candidatas «no se visten» con el traje, ya van vestidas (generalmente con un mini-traje o biquini de fantasía) y, cuando faltan cinco minutos para salir al escenario, se “introducen» en el verdadero, digamos “traje», que viene a ser una fantasía sobre ruedas, una carrocita unipersonal.

Sara Cruz Teja, Reina del Carnaval 2020 de Santa Cruz de Tenerife.