Por su parte, Doña Lola, además de buena madre y gran cocinera, ha sido desde siempre el “alma máter” de la cofradía de Lignum Crucis y Nuestra Señora de la Piedad. Durante muchos años, en vísperas de cada Semana Santa, fue Doña Lola quien se ocupaba personalmente de repasar, planchar y dejar en perfecto estado casi todos los hábitos de la singular cofradía lagunera. Y cada día 3 de mayo “Día de la Cruz” arreglaba y sigue arreglando, acompañando a su hijo José Luis “Garabote” (y recordando a su marido y a toda la Familia Garabote) la antigua “Cruz de los Herreros” en la capilla ubicada en la calle Quintín Benito. Por amar y mantener tantas tradiciones laguneras, el viernes la Asociación de Vecinos del Casco de La Laguna, con su presidente al frente, Pablo Reyes Núñez, se acercaron a su casa y, desde fuera y con mascarilla, la felicitaron y regalaron tremendo ramo de flores.
Montaje hecho por José Ángel Salas, puntal de la cofradía del Lignum Crucis, como homenaje a Doña Lola. En ella se ve a su hijo, José Luis “Garabote” (2º por la Izda.)