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No sería yo y no me quedaría con la conciencia tranquila si no reconociera la gran labor que, pese a que se le resiste la primera estrella, está realizando el gran chef Braulio Simancas en el restaurante Las Aguas, del Gran Hotel Bahía del Duque, en Costa Adeje, con Sergio Blázquez como Jefe de Sala. Creo que no me equivoco si les digo que el restaurante Las Aguas cuenta con la mayor y mejor bodega especializada en vinos canarios de nuestro archipiélago, dirigida diligentemente por la sumiller Ángela Moris. En verdad tiene más 130 vinos canarios diferentes, pero he puesto 22 porque puede presumir de ser, seguramente, el único restaurante en Canarias que tiene para su clientela, al menos, un blanco y un tinto de todas y cada una de las 11 denominaciones de origen con las que cuenta nuestra región. Paralelamente, también por iniciativa de Braulio, Las Aguas ofrece una de las mejores tablas de quesos canarios (por no decir la mejor), con magníficos ejemplares de distintos quesos provenientes de todas y cada una de nuestras ¡siete islas!. Sin duda, creo que la apuesta de Braulio Simancas por “lo nuestro” también merece una estrella Michelin y, en este punto, hay que reconocer valorar y agradecer el total respaldo que Francisco Javier Zamorano, presidente de la Compañía de las Islas Occidentales (CIO), propietaria del hotel, sigue dando a Braulio Simancas y todo su equipo de Las Aguas, para que siga siendo el mejor restaurante de cocina creativa canaria de nuestro archipiélago. Estoy seguro de que, más pronto que tarde, la estrella les llegará. Pero ojo, no hay que obsesionarse con ella.

El chef gomero, Braulio Simancas, Jefe de Cocina del restaurante Las Aguas.

Un año más les recuerdo que en Tenerife existe una “entidad” única en Canarias. Se llama “La Macana” y acaba de cumplir 86 años de vida. No tienen acta fundacional, ni número en el registro de asociaciones, no tienen CIF, ni reglamentos, ni estatutos. Sólo un anfitrión cada año al que llaman “el Macana” y que tiene la única obligación de invitar a comer una vez al año al resto de componentes de la curiosa entidad. La fundó el año 1930 en la Parroquia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción de La Laguna el presbítero Manuel Pacheco, conjuntamente con el sacristán Juan Marrero Marrero, en torno al día de Santa Cecilia (22 de noviembre) patrona de la Música. El irrepetible Juan Marrero invitaba al coro que iba a cantar la misa especial de aquel señalado y musical día, a un convite en la parte trasera de la iglesia. Un rincón de la iglesia cuya puerta se cerraba con una “macana” hecha con madera de barbusano, que tiene más de cien años y que se conserva con absoluto mimo. Juntos tras la misa agradecían gastronómicamente al coro su interpretación y, de paso, entonaban más canciones en honor a Santa Cecilia.

José Antonio Arbelo “Lupi” (i) entrega La Macana a Fernando Hernández-Abad.

Lo que empezó en la iglesia pasó luego a la casa de los Hernández-Abad (los “Abanes” de Guamasa) y se ha ido repitiendo año tras año y ahora se celebra en la finca “La Gorvorana” de Los Realejos, propiedad de las familias De la Cruz Veguero y De la Cruz Betancor, que la ceden gentilmente para seguir con la tradición de compartir amistad, gastronomía y música, con el objetivo de recuperar y conservar coplas del cancionero popular canario. El tradicional cambio anual de “Macana” se desarrolla de forma ritual desde siempre, siguiendo un protocolo marcado por la opinión de los más antiguos. El pasado “Macana” fue José Antonio Arbelo (el “Lupi”, para los amigos). El sábado pasado, tras la decisión de los veteranos, fue elegido nuevo “Macana” el gran puntal y ex-controlador aéreo, Fernando Hernández-Abad González. Y es que, si perdemos las tradiciones…, apaga y vámonos.

Hace un par de semanas les hablé en El Cotarro de la más que bicentenaria Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife (RSEAPT), que se fundó en 1977 y que en estos momentos está en pleno proceso electoral para designar al que será su próximo Órgano Directivo, con su nuevo Director al frente. Estas sociedades fueron promovidas y surgieron durante el reinado del monarca Carlos III y hace unos días alguien me preguntó si una entidad como la RSEAPT tiene hoy en día sentido y razón de ser. Entiendo que, en un mundo trepidante como el que estamos viviendo, con una coyuntura socioeconómica tan compleja y variante, foros en los que se pueda analizar la realidad de forma tranquila, estudiarla de forma rigurosa y sosegada, y debatir desde la libertad y el respeto, es oportuno y conveniente. Lo que pasa es que, en los últimos tiempos y siendo director de la misma el ínclito Jorge Enrique Domínguez Padrón (cuyo mandato está a punto de expirar) la Económica de Tenerife ha estado en boca de muchos quizá y en el ojo del huracán, por motivos que, muchas veces, nada tienen que ver con el espíritu de seriedad y sosiego que debe rodear a una institución como la que nos ocupa.

Fachada de la Real Sociedad Económica de Amigos del País en la lagunera calle de San Agustín