El ínclito José Manuel Soria López avisaba a última hora del pasado jueves que «disculpaba» su presencia en el Consejo de Ministros y con ello, de alguna manera, ponía o intentaba poner fin a la comedia que había representado a lo largo de la semana, sobre lo que para él era un «error» por la aparición de su nombre en los vergonzosos “papeles de Panamá” y las no menos vergonzosas «explicaciones suficientes» que, según manifestaba el Gobierno, había ofrecido el ya hoy exministro. Pero resulta que a José Manuel Soria “le” encontraron una sociedad con su nombre (y la de su hermano Luis) el paraíso fiscal de Jersey, y fue la gota que colmó el vaso. Había quedado clarito que la familia Soria operaba claramente con una estructura opaca, incluso hasta cuando el que fuera ministro ya ocupaba cargos públicos. La evidencia fue tan demoledora que cogió al Partido Popular por sorpresa y muchos confesaron en el seno del PP (sobre todo en Canarias) que estaban desconcertados, abochornados y que no sabían qué decir.
José Manuel Soria López, ya “ex” de todo en lo que a política se refiere.