Una vez en los carnavales de Santa Cruz de Tenerife, cuando Antena 3 TV y el ayuntamiento se gastaron una pasta gansa para traje al famoso Mike Oldfield (el de Tubular Bells) y quisieron complementar la gala con un artista con acento canario, invitaron a Juan Carlos Senante, pero le dijeron que “como era de los nuestros, viniera sin cobrar un duro”. Vamos, como si Caco no fuera un profesional y comiera tres veces al día. Aquí somos muy dados a estar “con los nuestros” cuando están allá arriba y cuando tienen algún problema (aunque después quede en nada) hundirlos en la miseria o mirar para otro lado y ningunearlos (que no sé qué es peor). Nuestro Caco Senante siempre ha estado con lo nuestro y con los de aquí, a las duras y a las “mas” duras. Una vez compartí con él escenario en el edificio Los Geranios, presentando la gala de la reina los carnavales de Las Caletillas. Allí Caco cantó con Julián “El Bizco” que interpretó la famosa canción rusa Kalinka (que Mario “El Ignorante” llamaba Kalise). En aquella ocasión Caco rebajó su caché para estar a la altura económica de la circunstancia, pero, como dice el otro, bueno está lo bueno. Me alegro del sobreseimiento y archivo de la causa de la SGAE y creo que Caco Senante merece un desagravio por parte de alguna institución canaria y más de alguna persona presuntamente impresentable. Un afectuoso abrazo, amigo Caco, mucho ánimo y p’lante siempre.
Caco Senante seguirá peleando sin dejar de cantar, ni su gran sentido del humor.