Los jugadores “oficiales” son los propios trabajadores del puesto, Sergio Gutiérrez Yanes (maestro carnicero) y Adolfo Mejías Duque (más popularmente conocido como “El Chamo” (experto en legumbres y salazones) que cada mañana comienzan una nueva partida. Si en un momento uno de los dos está atendiendo y trabajando, algún cliente que se anime puede pedir autorización para efectuar un movimiento de ficha en nombre del que está en el tajo. Lo cual significa que el ajedrez entretiene, no sólo a Sergio y a Adolfo, sino a la propia clientela del puesto, que está encantada del “buen rollo” y de la oportunidad que se le da para echarle unos minutos al ajedrez entre chuletas y judías. No sé a quién se le ocurrió mover el primer peón, ni cómo llegó a convertirse en un hábito participativo, pero lo cierto y verdad es que, como idea de marketing está triunfando (aparte de la carne y las legumbres, que están del diez). Sin duda, da gusto ver la forma de trabajar de Sergio Gutiérrez, junto con Cande Suárez, Adolfo Mejías y todo su equipo, es un ejemplo de cómo se puede dar vida, movimiento y rentabilidad a un mercado tradicional, como es nuestra Recova de La Laguna.
Sergio Gutiérrez (i) jugando con Adolfo Mejías, mientras Cande Suárez vigila detrás