Aunque ya la Cuaresma comenzó hace días, seguimos con los coletazos carnavaleros y por ello, tal como les adelanté en El Cotarro del domingo pasado, quiero compartir con ustedes una “espinita carnavalera” que tengo por sacar desde hace años. Igual ahora se monta con ello una polémica, pero así entramos en calorcito… Tengo para mí que las candidatas a Reina del Carnaval chicharrero vienen siendo en cada gala unas muy guapas y simpáticas arrastradoras, empujadoras y/o soportadoras de una mole llamada “traje o fantasía”, pero que, en verdad, son carrozas unipersonales. Las candidatas «no se visten» con el traje, ya van vestidas (generalmente con un mini-traje o biquini de fantasía) y, cuando faltan cinco minutos para salir al escenario, se “meten» en el verdadero, digamos “traje», que viene a ser una fantasía sobre ruedas. Este año nuestra guapa reina, Cecilia Navarro Arteaga, ha presumido de que su traje, diseñado por el gran Daniel Pages «pesaba» casi 200 kilos. Y es que, en verdad, casi todas ellas se «meten» en medio de la «fantasía», apoyan su cintura por la espalda a una estructura semicircular, y sus cuerpos son enganchados y/o atados (como lo leen) con unos cinturones como los de un coche cualquiera o los de seguridad de un avión. Luego, encima, viene el tocado que hay que soportar sobre en la cabeza, a la vez que se empuja con fuerza para, tirando de la estructura con ruedas, mover la «fantasía» con ruedas.
Traje de la Reina del Carnaval 2016 “vacío” con el cinturón de “enganche” en el centro.
