Hace años que Bernardo Álvarez, obispo Nivariense, se ha convertido en una especie de “amuleto de la buena suerte” para Wolfgang Kiessling y su esposa Brigitte, que no dudan en solicitar a nuestro obispo Nivariense que realice la bendición de cualquier proyecto o instalación que inauguran. Lo que nadie se esperaba es que Bernardo Álvarez cambiara de diócesis por un día, se desplazara a Gran Canaria y, con permiso (supongo) del obispo titular de la diócesis Canariense, Francisco Cases, procediera a bendecir el extraordinario “Poema del Mar”, una imponente instalación que, por cierto, cuenta con el cristal curvo más grande del mundo -un metacrilato de 140 toneladas de peso, 36 metros de largo y 7 de alto- y exhibirá unas 350 especies de 35 ecosistemas.
Bernardo, el obispo que saltó de diócesis para bendecir un imponente “Poema del Mar”