Desde aquel año 2005, llevo metido en una particular “cruzada” (a la que celebro y agradezco que últimamente se haya incorporado mucha gente) y que no tiene otro objetivo que recuperar los originales y auténticos “guachinches de Tenerife”. Y es que, desde aquel 2005 y a pesar de lo alertado por Ceferino Mendaro, nadie hizo nada y todo siguió igual, hasta el año 2010, en el que llegó la gran crisis. Por ella, empezaron a aflorar “falsos guachinches” que, en un momento determinado, se convirtieron en una real y muy dura competencia desleal para cientos de honorables establecimientos de restauración que, bajo nombres populares como mesón, casa de comidas, merendero, bodega o bodegón, por no mencionar a los propios restaurantes de toda la vida, comenzaron todos ellos a verse atacados y muy afectados.
Hay establecimientos que son claramente bares-cafeterías, pero que están abiertos y se publicitan como un “guachinche moderno”