ERRAR HUMANO, PERDONAR DIVINO Y RECTIFICAR…

El poeta inglés Alexander Pope dijo que “errar es de humanos, perdonar es divino y rectificar es de sabios”. Estoy convencido de ello y creo que todos los principales actores de este incómodo y desagradable episodio que tiene triste a gran parte de nuestro HUC deben dejar a un lado su orgullo personal, profesional y político, deben armarse de humildad y generosidad, y que, si es cierto que todos quieren al HUC, deben ponerse manos a la obra, actuar y apagar todos los frentes activos de este “incendio” sin que se creen nuevos frentes y se descontrole la cosa. Como dijo Lenin, repito ““Si no eres parte de la solución, eres parte del problema, ¡actúa!”. Por último, debo decir, porque me consta, que, al menos dos de las personas implicadas, están deseando de verdad que esto se arregle lo antes posible y acabe de la mejor manera. Ojalá que así sea. Amén.

Alexander Pope: “errar es de humanos, perdonar es divino y rectificar es de sabios”

LAS HAZAÑAS DE “SUPERGOFIO” Y EL MOLINERO

Y remato El Cotarro, aún más en positivo, reseñando que el irrepetible Francisco Zamora De la Rosa, también conocido como Paco Zamora, representante de la empresa Samic en Canarias y poeta de vocación, sigue repartiendo gofio y positividad por las ocho islas con el personaje que ha creado y que triunfa en popularidad. Se trata de “SuperGofio”, un héroe lleno de humor y canariedad que, junto con “El Molinero”, personaje que encarna su amigo Francisco Román Cabrera, en verdad propietario de La Molina de La Asomada, en Tetir (Fuerteventura) se dedican a fomentar el consumo del gofio canario entre niños, jóvenes y no tan jóvenes. Un héroe, Paco “SuperGofio”, y su compañero, Román “El Molinero” que reparten canariedad con su lema que es su saludo… ¡que el gofio te acompañe!.

Francisco Zamora encarnando al héroe “SuperGofio”, a los pies del “padre” Teide

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300 NÚMEROS DE “EL COTARRO” DIGITAL

Con el permiso de ustedes, hoy voy a hacer casi una edición monográfica dedicada, precisamente, a El Cotarro. Y es que este domingo es muy, muy especial para este proyecto periodístico, que nació hace ya más de 35 años. Hoy, en su nueva versión digital, El Cotarro publica este domingo su Edición Nº300. ¡Ahí es nada!… Allá a finales del año 1984, el querido colega, maestro de periodistas y gran amigo Leopoldo Fernández Cabeza de Vaca, por aquel entonces director del decano Diario de Avisos, me animó y lanzó el reto de escribir una distendida página semanal, que contara sencillas historias y anécdotas de nuestra sociedad, siempre basadas en personas y personajes y, de alguna manera, siempre en positivo. Acepté el reto del gran Leopoldo Fernández y comencé el mes de enero de 1985, pero, palabrita del Niño Jesús, nunca imaginé que El Cotarro dominguero iba a durar tanto en el tiempo, pasando por tres periódicos de Tenerife en su edición en papel y, desde el año 2014, en versión digital, a través de elcotarro.com y ahora también, paralela y simultáneamente, en www.canariasenpositivo.com y en las redes sociales.

Leopoldo Fernández Cabeza de Vaca “culpable” de que naciera “El Cotarro”

DEL DIARIO DE AVISOS A LA GACETA DE CANARIAS

Como les dije, comencé en el Diario de Avisos de la mano del bueno de Leopoldo Fernández Cabeza de Vaca, desde el principio solo los domingos y siempre en la última página. Con la llegada del compañero Jorge Bethencourt a la Dirección de la hoy desaparecida La Gaceta de Canarias, el amigo me retó a que El Cotarro participara en el nuevo proyecto, dándole una dimensión regional a mi ya popular página dominical. Y allí que me fui con el amigo. Pero el trasiego duró poco, porque el proyecto de La Gaceta nació débil y terminó cayendo muy pronto… Total, que de nuevo me abrieron las puertas en el Diario de Avisos y, en este caso, fue a petición de una gran persona como es Elías Bacallado Hernández, quien fuera durante mucho tiempo alcalde de El Rosario. En un momento determinado, allá por el año 2014, a su hijo, Elías Bacallado Cabrera (o a algún otro inteligente que no dio la cara pero que aún debe estarlo lamentando) se le ocurrió prescindir de El Cotarro y el Diario de Avisos se quedó con su veterana, popular y (está mal que yo lo diga) muy leída página dominical.

Un caballero, Elías Bacallado Hernández (i) junto a su hijo, Elías Bacallado Cabrera.