PONER A ÁNGEL VÍCTOR EN UNA ENCRUCIJADA

He dicho no pocas veces que el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres (PSOE), lo ha estado haciendo moderadamente bien, y en algunos momentos más que bien, si tenemos en cuenta y consideramos todos los contratiempos, catástrofes y problemas, que Ángel Víctor ha tenido que ir afrontando y “toreando” desde que llegó a la Presidencia, incluyendo incendios forestales, tormentas, la tremenda pandemia y, ahora, el repunte del fenómeno de la inmigración. Pero, sabiendo que es socialista y que tiene lealtad al “jefe” Pedro Sánchez y obediencia debida, hay que decir también que, de esto último, será hasta cierto punto. Como he dicho también aquí, no se sabe si Jesucristo dijo lo de “hermanos, sí; pero primos, no”y, en el caso de la inmigración, dicho sea con todo respeto y desde la comprensión y solidaridad que Canarias tiene ya más que demostrada, hay que recordarle a Pedro Sánchez y a algunos más que, de primos, nada.

Ángel Víctor Torres (i) con Pedro Sánchez, mano a mano… en otros lejanos tiempos.

REVIRARSE O HACER UN TREMENDO RIDÍCULO

Todos los partidos en Canarias, incluyendo al propio PSOE (aunque solo lo digan por lo bajini y de puertas adentro) están hasta los mismísimos “timbales” del ninguneo y la tremenda tomadura de pelo que, de Cádiz para arriba, están cometiendo con las Islas Canarias y su buena gente, sin darse cuenta de que, efectivamente nuestra gente es buena… pero no tonta. El propio Ángel Víctor Torres, harto ya de sentirse ninguneado y puesto a los pies de los caballos, ha manifestado “con absoluta contundencia”dirigiéndose al Gobierno del Estado, que “tiene que actuar de otro modo con respecto a la inmigración”para terminar avisando que los canarios “nos vamos a revirar sin ninguna duda”. Pero lo cierto es que, en base a esa lealtad (quizá mal entendida) y supongo que también al principio de obediencia debida (hasta cierto punto) Ángel Víctor Torres y muchos responsables socialistas están haciendo por dentro de tripas corazón y por fuera el ridículo más impresentable, porque están poniendo en entredicho su dignidad y, lo que es más importante, la dignidad de Canarias y la de su buena y solidaria gente.

En vez de regalarle un timplillo a Pedro Sánchez (d) en presencia de Carolina Darias (i), Ángel Víctor Torres debería “regalarle” unos cuantos “centros de inmigrantes”

JERÓNIMO SAAVEDRA, SIN PELOS EN LA LENGUA

Mientras tanto, lo digo una semana más, la gran inteligencia, la sólida veteranía y la inmensa experiencia del también socialista Jerónimo Saavedra Acevedo (expresidente del Gobierno de Canarias y exministro del Gobierno Central) se siguen reflejando cada vez que es entrevistado en un periódico, una radio o una televisión. Está claro que, a estas alturas de su película vital, profesional y política, Jerónimo puede decir lo que le venga en gana y nadie va a atreverse a cuestionarle, ni reprocharle, ni castigarle por nada. Por ello va diciendo verdades como puños que, en muchos casos, están dejando en evidencia a sus propios compañeros de partido, que no terminan de plantarse ante ministros socialistas como Fernando Grande-Marlaska (Interior), José Luis Escrivá (Inclusión, Seguridad Social y Migraciones), José Luis Ábalos (Transportes y Movilidad) o Miquel Iceta (Política Territorial), sin olvidar a los de Podemos, al vicepresidente Pablo Iglesias (Derechos Sociales) y, por supuesto, frente al mismísimo presidente, Pedro Sánchez, el máximo responsable de que Canarias vuelva a sentirse más alejada, olvidada y abandonada que nunca.

Carolina con Ángel Víctor, pero con Jerónimo Saavedra siempre detrás y en lo alto

RIDÍCULO QUE SE CONTAGIA Y DEJA EN EVIDENCIA

Pero esta sensación de ridículo y sometimiento, que se está transmitiendo cada vez más, no queda solo en las filas del Partido Socialista y de Podemos, aquí en nuestras islas. La sensación de estar “aguantando, callando y tragando” también se extiende a nuestra paisana socialista Carolina Darias (anteayer ministra de Política Territorial y hoy de Sanidad) que debería ser voz y conciencia directa de Canarias en el seno del Consejo de Ministros, pero que, por lo que se ve, tampoco termina de hacer nada efectivo en favor y defensa de su tierra de origen. De igual modo, tal como manifesté hace un par de semanas, el vicepresidente canario, Román Rodríguez y los cargos de Nueva Canarias, no terminan de definirse del todo, plantándose, y poniéndose en su sitio, como Dios manda (más allá de conservar un puesto en el Gobierno) para que, de forma inmediata, contundente y definitiva, se afronte en tiempo y forma la actual problemática de la inmigración en Canarias, antes de que, como dijo una vez el ministro Josep Borrell, no explote el “polvorín canario”. El ridículo deja a todos en evidencia y a los canarios con las ganas de mandarlos al… paro.

Grande-Marlaska (i) que ha terminado ninguneando a Ángel Víctor (c) y Román.