Pero resulta que poner unos kilos de papa canaria en la península es más difícil que encontrar a Nemo. Ya puede tratarse de papa negra, bonita azucena o de cualquier otra variedad, la cosa es casi imposible porque, actualmente, “estamos poseídos” y somos auténticos “sufridores” de doña Tecia Solanivora, más popularmente conocida como la polilla guatemalteca de la papa. Se trata de un gusano de tubérculo (y de lo más “jodelón”, con perdón), que fue descrito por un tal Povolny, que hace estragos en el producto y que, en nuestro caso, obliga a tenerlo en cuarentena haciendo que su exportación sea casi imposible. Sé positivamente que Jesús Morales Martínez, consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo de Tenerife está al tanto del problema, lo ha hecho suyo y está haciendo todo lo que está en su mano, incluso con reuniones en el ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, y sé que tenemos en nuestro cabildo a un experto mundial en todo lo que a la papa se refiere, en la persona del gran ingeniero agrónomo, Domingo Ríos Mesa, que está moviendo un apasionante proyecto que, si sale (y ojalá salga y pronto) podría ser la solución.
La puñetera Tecia Solanivora Povolny (polilla guatemalteca de la papa)