En cada viaje, Juan Capote realiza visitas y acciones solidarias y de cooperación. En esta ocasión ha visitado un restaurante regentado por mujeres indias que han sido objeto de atentados personales y que han sufrido ataques con ácidos para deformarles su cara y su cuerpo. Me quedo y les dejo con la reflexión que el propio Juan Capote ha puesto en el chat de un grupo de amigos: “Esta vez fue duro. Duro y bonito. Venía mentalizado, pero se me hizo un nudo en el estómago al entrar al restaurante. No por compasión sino por rabia. Lo llevaban mujeres que habían sido víctimas de ataques con ácido para deformarlas. Y vaya que lo habían conseguido. No nos pasaron la cuenta. Pagamos porque quisimos y como quisimos. Sus miradas limpias eran directas. Sus sonrisas contagiosas y bellas, como dice en sus camisetas. Al final todos participamos de una única sonrisa: la de la dignidad”.¡Mil gracias, Juan!.
Juan Capote en la visita solidaria al restaurante “Mi belleza es mi sonrisa”, nombre que se ve en sus camisetas.