UN LIBRO QUE HOMENAJEA Y HACE JUSTICIA

Acaba de publicarse un libro muy especial del escritor garachiquense Carlos Acosta García, cuya presentación oficial se realizará el próximo domingo (día 28) de la mano de la exrectora magnífica de la Universidad de La Laguna, Marisa Tejedor Salguero, (a las 12:00 del mediodía, en la Plaza de Arriba, en Garachico). Digo que es un libro muy especial porque, precisamente, tiene que ver con otra persona muy especial, extremadamente querida y siempre respetada como es el gran Lorenzo Dorta García, al que Dios le dé larga vida. El libro de Carlos Acosta se titula “Recordando el pasado de Garachico – La alcaldía de Lorenzo Dorta García (1969-1987)”. Una obra que es un paseo histórico, de lo más ameno y agradable, por los 18 años seguidos en los que el irrepetible Lorenzo Dorta fue alcalde de la Villa y Puerto de Garachico. Curiosamente, Lorenzo nació en Buenavista del Norte, el 7 de abril de 1939, pero casi toda su trayectoria vital, personal, profesional (como maestro de escuela y más tarde en la política), se ha desarrollado en Garachico, municipio del que es Hijo Adoptivo.

Carlos Acosta García, autor del libro dedicado a la alcaldía de Lorenzo Dorta.

LORENZO DORTA, 18 AÑOS ALCALDE DE GARACHICO

Recomiendo que lean el libro de Carlos Acosta todas las personas que deseen conocer cómo es ser alcalde “por dentro”, a partir de la vida y vivencias de Lorenzo Dorta, quien, por una “invitación” y nombramiento “a dedo” (hay que recordar que eran todavía los tiempos de la dictadura de Franco) se convirtió, con tan solo 30 añitos de edad, en alcalde de la Villa y Puerto de Garachico el 22 de septiembre de 1969, y tuvo que compatibilizar con su profesión de maestro de escuela. El libro cuenta cientos de las miles de anécdotas que Lorenzo (siempre acompañado por su esposa y leal compañera, Bienvenida Paniagua) atesora en un montón de documentos, fotografías y recuerdos de todo tipo. Comenzando por fotografías saludando a casi todas las personalidades que ha conocido durante su etapa de alcalde. A jefes de Estado, desde Franco a Juan Carlos I o Felipe VI, y a todos los presidentes de Gobierno, desde el franquista Carlos Arias Navarro al socialista Felipe González, sin olvidar a su gran amigo, Adolfo Suárez y muchos otros. Y, por otro lado, una curiosísima colección de gorros militares y de todo tipo, que ha ido coleccionando en sus muchos viajes. Lo dicho. El próximo domingo se presenta el libro en Garachico… y habrá que comprarlo.

Un joven Lorenzo Dorta, abrazado por Adolfo Suárez, amigo personal y de Garachico

LOLA CUMPLIÓ 100 AÑOS CASI HACIENDO TORRIJAS

Permítanme una licencia y déjenme que hoy termine El Cotarro felicitando y haciendo un personal reconocimiento y homenaje a Doña Dolores Rodríguez Ramos, simplemente Doña Lola, para los amigos, una gran mujer lagunera que el pasado viernes cumplió 100 flamantes años de larga y fecunda vida. Discreta como ella sola, todos sabrán de quien hablo si les digo que es la madre de todos los “Garabote” y, por supuesto, del gran José Luis Del Castillo y Rodríguez (por parte de Lola, como él dice) uno de los laguneros más profundos que conozco, puntal de la cofradía del Lignum Crucis y de la parranda “Lo Divino” de la Peña “El Gofio”, aunque también muchos le conocerán por sus muchos  años de trabajo como electricista en el Cabildo de Tenerife, como técnico en el Servicio de Deportes de la Universidad de La Laguna, o como entrenador de balonmano. José Luis también se merece este homenaje porque, desde hace años, es quien más directamente vive, cuida y mima a su madre, Doña Lola, que el otro día se puso más guapa y presumida que nunca para soplar su tarta presidida por el número 100 hecho con velas.

Doña Lola Rodríguez con sus flores y soplando la tarta con el número 100 hecho con velas.

ALMA MATER DE LA COFRADÍA DEL LIGNUM CRUCIS

Por su parte, Doña Lola, además de buena madre y gran cocinera, ha sido desde siempre el “alma máter” de la cofradía de Lignum Crucis y Nuestra Señora de la Piedad. Durante muchos años, en vísperas de cada Semana Santa, fue Doña Lola quien se ocupaba personalmente de repasar, planchar y dejar en perfecto estado casi todos los hábitos de la singular cofradía lagunera. Y cada día 3 de mayo “Día de la Cruz” arreglaba y sigue arreglando, acompañando a su hijo José Luis “Garabote” (y recordando a su marido y a toda la Familia Garabote) la antigua “Cruz de los Herreros” en la capilla ubicada en la calle Quintín Benito. Por amar y mantener tantas tradiciones laguneras, el viernes la Asociación de Vecinos del Casco de La Laguna, con su presidente al frente, Pablo Reyes Núñez, se acercaron a su casa y, desde fuera y con mascarilla, la felicitaron y regalaron tremendo ramo de flores.

Montaje hecho por José Ángel Salas, puntal de la cofradía del Lignum Crucis, como homenaje a Doña Lola. En ella se ve a su hijo, José Luis “Garabote” (2º por la Izda.)