Una importante y amplia visita en la que estuvieron varios componentes del Grupo de Apoyo al Medio Ambiente (GAMA) de la Guardia Civil (expresamente venidos desde Madrid), del SEPRONA de Tenerife, representantes de la Dirección General de Ganadería del Gobierno de Canarias y el propio Wolfgang Kiessling, así como Sussanne Leitinger (Directora de Operaciones de Loro Parque), Claudia Vollhardt (Bióloga y responsable del departamento de orcas) y Francisco Javier Almunia (doctor en Ciencias del Mar y director de Medioambiente de Loro Parque Fundación), dio pie para una profunda inspección que, unos meses después, se ha reflejado en un informe de lo más extenso, objetivo, documentado y meticuloso, que a su vez refleja la profesionalidad, rigurosidad y neutralidad de la Guardia Civil. El general jefe de la zona de Canarias de la Guardia Civil, Juan Sánchez Medina, puede estar orgulloso de sus profesionales. Las conclusiones son claras y contundentes.

Francisco Javier Almunia (director de Medioambiente de Loro Parque Fundación) con Wolfgang Kiessling.

Sin entrar en valoraciones de ética o de cualquier otra índole ajenas a la denuncia presentada y a la inspección realizada, cinco contundentes conclusiones, descalifican a la denuncia y despejan las posibles dudas. La primera dice textualmente que “el proceso seguido para la ubicación del ejemplar denominado Morgan en el centro Loro Parque”, desde su localización en aguas territoriales de Holanda hasta su llegada a España, se ajusta a la diferente normativa aplicable”. La segunda conclusión afirma que “a lo largo de ese periodo, desde 2010 hasta el momento presente, se han interpuesto diferentes denuncias por diversas organizaciones proteccionistas, las cuales han derivado en varios procesos judiciales y extrajudiciales que han culminado con sentencias firmes sobre la legalidad de la estancia del ejemplar denominado Morgan en el centro Loro Parque”. Siempre a su favor.

Los cuidadores de Loro Parque se ocupan de los animales con cariño y profesionalidad

La tercera y demoledora conclusión dice que “desde el punto de vista de la situación física del ejemplar denominado Morgan, los diferentes estudios realizados determinan que, dada su grave deficiencia física en su capacidad auditiva, su supervivencia en el medio natural sería imposible al mostrarse incapaz de relacionarse con otros congéneres y, mucho menos, poder cazar por sí mismo”. La cuarta es aún más clarificadora y pone que “con respecto a las diferentes lesiones o afecciones físicas denunciadas, los informes veterinarios aportados por profesionales independientes y organismos oficiales determinan que las mismas no deben considerarse graves y, de hecho, son incluso de menos entidad con respecto a las que serían habituales en el medio natural, pues ha de tenerse en cuenta que este tipo de daños corporales son habituales incluso en estado salvaje”. La quinta remata el informe diciendo que “el estado general de las orcas del centro Loro Parque es correcto”. Ya está bien de cargar contra “lo nuestro” y machacar a “los nuestros”

Morgan seguro que sigue viviendo en Tenerife, gracias a los cuidados de Loro Parque.

Hay que recordar (porque hay muchos ignorantes y olvidadizos) que fue el gobierno de Holanda quien solicitó a España y más concretamente a Wolfgang Kiessling y al Loro Parque, que acogiera a la orca Morgan y la cuidara, por lo que, en toda regla, Morgan está en Tenerife (vivita y coleando, nunca mejor dicho) en régimen de acogida y en virtud de una custodia oficialmente cedida por el gobierno de Holanda y los tribunales holandeses. Y es necesario concluir que el informe de la Guardia Civil referido a la orca Morgan, resume en una última conclusión que “en base a todo lo anterior, el Equipo Instructor no encuentra elementos que puedan considerarse objetivamente constitutivos de infracción, tanto en el ámbito de situación jurídica del animal, como en lo relativo a su condición física”. Creo que queda claro.

Loro Parque sigue siendo una “embajada para los animales salvajes” donde los niños y niñas aprenden a amarlos y respetarlos.