HAY QUE SALVAR AL LAGUNERO ORFEÓN “LA PAZ”

Comienzo El Cotarro de este domingo confesándoles que, desde los 15 años de edad y gracias a que mi padre me asoció, tengo el privilegio y el honor de ser socio del laureado Orfeón La Paz de La Laguna, fundado el año 1918, nada más terminar la Primera Guerra Mundial. Por ello, por haber sido fundado precisamente nada más terminar la llamada “Gran Guerra”, es por lo que, los socios fundadores de la emblemática y veterana sociedad lagunera, eligieron el nombre de “La Paz” y nombraron a Fermín Cedrés Nóbrega como primer presidente. En sus 102 años de vida, el querido Orfeón La Paz han pasado por la presidencia 25 reconocidos laguneros y, desde septiembre de 1988 el presidente de la sociedad ha sido, Esteban Afonso Rodríguez, que el próximo mes de septiembre cumplirá 32 años en el cargo. Todo un récord de permanencia en el puesto en el que ha habido muchas reelecciones, tiempos buenos y, como en la actualidad, tiempos complicados y no tan buenos.

Recordada antigua sede del Orfeón La Paz en la Plaza de la Concepción (hoy sede de la oficina principal de CaixaBank en La Laguna). Hay que volver a aquella animación.

UNA SOCIEDAD AL BORDE DE LA QUIEBRA TÉCNICA

El pasado viernes se celebró la asamblea general ordinaria de la centenaria sociedad lagunera y, entre una cosa y otra, nos enteramos de que, al parecer, entre el Ayuntamiento de La Laguna y el Cabildo de Tenerife, a 31 de diciembre del 2019 (y creo que a día de hoy estamos igual) ambas entidades tenían pendiente de liquidarle la friolera del casi 59.000 euros por subvenciones impagadas del mismo 2019 y años anteriores. Esa realidad, de ser cierta, ahoga económicamente a cualquier entidad. El Orfeón La Paz cuenta con un censo de tan solo 159 asociados, cuya edad media, según dijeron en la propia asamblea, supera los 65 años de edad. Una triste realidad que sólo se puede cambiar arreglando las cuentas y fomentando la entrada de nuevos socios. Hace falta traer gente joven a la que, el Orfeón La Paz, además de la música, oferte nuevos atractivos. Está claro que el presidente Esteban Afonso, su vicepresidente, Juan Martínez Torvisco y el resto de la Junta Directiva (a la que hay que reconocer y agradecer su aguante) deben replantearse su futuro y el de propia sociedad. En el horizonte de noviembre parece que tocan elecciones y del resultado de las mismas, con toda seguridad, dependerá el definitivo futuro del querido Orfeón La Paz. Hay que rezar y ayudar entre todos, para que la sociedad siga hacia adelante y nuestro Orfeón La Paz llegue a cumplir los dos siglos.

La nueva, pero muy poco frecuentada (por los socios) sede del Orfeón La Paz de La Laguna, que el año 2021 cumplirá 50 años en la lagunera calle de Juan de Vera

PABLO REYES “MOSQUEADO” CON LUIS YERAY

Precisamente en la asamblea del Orfeón coincidí con mi amigo Pablo Reyes Núñez, presidente de la Asociación de Vecinos del Casco Histórico de La Laguna y con Julián Brito, otro amigo, gran orfeonista y componente de su coro. Terminada la larga asamblea rematamos el encuentro (como no podía ser de otra manera) tomándonos unas cervecitas en la tasca Tocuyo, con su propietario Manuel García, siempre al pie del cañón pero esta vez con mascarilla. Asombrado me quedé cuando, en medio de las cervezas, Pablo Reyes se dejó caer con un comentario que, por primera vez desde el cambio de gobierno en el ayuntamiento lagunero, reflejaba claramente un tremendo “mosqueo” de Pablo con el alcalde lagunero, Luis Yeray Gutiérrez y los concejales de su grupo de Gobierno. Por primera vez nos transmitió Pablo la sensación de que está comprobando que, ni los gobernantes anteriores con el alcalde José Alberto Díaz al frente eran tan malos, ni los actuales con Luis Yeray Gutiérrez son tan buenos.

Excepto la Gerencia de Urbanismo, con Santiago Pérez (i), las restantes concejalías no responden. Ni el alcalde Luis Yeray Gutiérrez (c) ni su concejal Rubens Ascanio (d)

LO QUE FASTIDIA UNA CALLADA POR RESPUESTA

Se quejaba Pablo Reyes (y parece que con bastante razón) que las distintas concejalías (con sus concejales al frente, claro) pasan olímpicamente de la Asociación de Vecinos del Casco y ni les responden a los muchos escritos que les presentan, y actúan dando la callada por respuesta, con lo que eso fastidia. Hay que reseñar, porque así lo dijo Pablo, la excepción de la Gerencia de Urbanismo de La Laguna, cuyo concejal responsable es el veterano Santiago Pérez García. Parece que tienen allí una diligente funcionaria (dijo su nombre) que permanente, en tiempo y forma, sí contesta diligentemente a todos los escritos de la Asociación de Vecinos del Casco. Lo hará con una respuesta más o menos convincente, pero responde puntualmente a todo, y eso, obviamente, es de reconocer y agradecer. Como he dicho muchas veces por aquí, utilizando el título del gran libro de Herb Schmertz con William Novak, “el silencio no es rentable”. Sin duda, no hay nada mejor que la transparencia con la verdad por delante. El tiempo da y quita razones y, más pronto que tarde, pone a cada uno en su sitio.

Pablo Reyes Núñez, presidente de la Asociación de Vecinos del Casco de La Laguna