Aquí seguimos en el tercer domingo de confinamiento por el COVID-19, que coincide con el 5º de la Cuaresma de este coronavinario Lo repitió más de una vez el querido y recordado periodista y amigo Manuel Iglesias: “Aquí no hay soldado desconocido, porque nos conocemos todos”… Y aquí todos sabíamos lo que estaba pasando, desde quince días después de su toma de posesión. Teresa Cruz Oval podría ser buena para otras cosas, pero no daba el perfil idóneo para ocupar el cargo de consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias. Muchos en su partido, el PSOE, se alegraron (sobre todo en Tenerife) pero otros muchos dijeron (por lo bajini) que era mucho para ella. Y luego se rodeó de algunas otras personas, como Blanca Méndez Sánchez (hasta el pasado viernes directora del Servicio Canario de la Salud) que, al igual que Teresa Cruz, coincidían en no tener la oportuna y necesaria preparación para el sector y el cargo, a la vez que les faltaba mucha “mano izquierda” por mucho que ellas se dijeran ser “de izquierda” y puestas por el PSOE. Un PSOE, repito, (el de Tenerife sobre todo) que está dividido en este asunto, aunque algunos actúen con dos caras.
Al frente, Teresa Cruz Oval (ya exconsejera), y al fondo Blanca Méndez (ya exdirectora)