En diciembre del año 1999, el casco histórico de La Laguna fue declarado “Bien Cultural Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO. Estos días la ciudadanía lagunera y todos los que aman La Laguna, celebraremos 21 añitos de aquella gran declaración. Otras ciudades “hermanas” tienen y cuidan con mimo y desvelo muchos iconos emblemáticos que, de alguna manera, se han hecho populares y las representan. Desde “La Sirenita” de Copenhague, al “Manneken Pis” de Bruselas, pasando por “el oso y el madroño” de Madrid, el toro de Wall Street, en Nueva York, o una antigua cabina telefónica roja de Londres. En La laguna, salvando las distancias, tenemos un curioso farol que, colgado en el Nº52 de la calle de La Carrera, señala que allí se encuentra, desde 1824 la farmacia Santos Lecuona. Hoy tenemos que congratularnos porque la, a veces demasiado estricta normativa, haya sido flexibilizada por unos técnicos que, inteligentemente, han sabido ver más allá y reconocer el valor y la historia que el farol de la botica encierra. Para que lo sepan, debo contarles (hasta donde he podido saber, gracias a Humberto y Antonio Lecuona Ribot) la historia de la botica y de su emblemático farol, con la estrella y la serpiente farmacéuticas.
El Manneken Pis de Bruselas, vestido para hacer un gran homenaje a los sanitarios