SI LEVANTARAN LA CABEZA LES DARÍA VERGÜENZA

  • Hace unos días estuve hablando con mi respetado profesor, político y sin embargo amigo, José Segura Clavell, quien durante la carrera de aparejador me dio clases de física en la Escuela de Aparejadores (gracias a él nunca me olvidare del segundo principio de la Termodinámica). El incombustible José “Pepe” Segura, que ha sido casi de todo en política (alcalde de La Laguna, presidente del Cabildo, diputado y senador). Hoy en día, a sus 76 juveniles años cumplidos, sigue al pie del cañón como director general de Casa África, haciendo una gran labor en pro de nuestras relaciones con el vecino continente. Les recomiendo que lean sus artículos en canariasenpositivo.com. Incansable como siempre José Segura me transmitía su tristeza y pesar por ese deterioro de la Política y, sobre todo, por el desapego y pasotismo que gran parte de la gente joven (y no tan joven) tiene por ella, así como por la poca o nula implicación de gente nueva, buena, capaz, preparada y honesta en esa noble actividad, que debe seguir siendo la Política. Como he dicho más de una vez, si tenemos mejores políticos, tendremos mejores gobiernos y viviremos mejor gobernados y más felices.

El incansable e incombustible José Segura Clavel, actualmente director general de Casa África

VIRGENCITA: QUE NOS QUEDEMOS COMO ESTAMOS

Comienzo El Cotarro confesándoles que, si tenía alguna duda, el visionado del reportaje titulado “Yo, Juan Carlos I, Rey de España”me lo dejó bastante claro. Me refiero al magnífico documental coproducido por Radiotelevisión Española y France 3, y que se grabó entre 2014 y 2015 bajo la dirección del cineasta hispano francés Miguel Courtois. El mencionado documental (que Televisión Española debería redifundir un par de veces más, por lo menos) cuenta con detalle 40 años de reinado con declaraciones exclusivas del Rey Juan Carlos I, que no tienen desperdicio y que merecen ser vistas por todos. En estos momentos de profunda crisis sanitaria por el maldito Covid-19, de absoluta incertidumbre de cara al futuro y con un barrunto de crisis económica y social nunca antes vista, mejor no toquemos la estructura que, desde hace 45 años, nos ha dado estabilidad, democracia y libertad, bajo la figura de la monarquía parlamentaria que Juan Carlos I, con sus luces, sus sombras y todos sus fallos, supo mantener, cambiando, sin traumas y sin derramamiento de sangre, de una dictadura a la España democrática que hoy disfrutamos.

Miguel Courtois y el Rey Emérito, en el rodaje de “Yo, Juan Carlos I, Rey de España”

NO SE PUEDE JUZGAR POR 4 AÑOS… Y OLVIDAR 40

Entiendo y respeto a quienes opinan que algunos hechos y actuaciones presuntamente protagonizados por el Rey Emérito, Juan Carlos I, pueden no haberles gustado y les haya podido defraudar. Puedo hasta compartir que aún siendo presuntos, parecen poco éticos y/o estéticos. Pero sería del todo injusto juzgar a una persona por lo supuestamente pasado en 4 años y olvidarse de los 40 anteriores. Sería injusto, erróneo, impresentable y cruel. Todos deberían ver el documental (sobre todo los menores de 45 años) y oír las declaraciones exclusivas de Juan Carlos I comentando episodios sobre su vida, momentos emotivos y dramáticos como su soledad cuando era niño o la muerte de un disparo de su hermano Alfonso, o recordando la última petición que le hizo Franco un día antes de morirse: “solo le pido que preserve la unidad de España”. Como esclarecedoras son los comentarios que en el documental expresan figuras como Alfredo Pérez Rubalcaba (Qepd) o Alfonso Guerra.

Juan Carlos I en el magnífico documental que ayer emitió Televisión Española.

NO HUYE QUIEN NO ESTÁ IMPUTADO NI PERSEGUIDO

Dicho todo lo anterior, y pudiendo gustar más o menos que Juan Carlos I haya puesto momentáneamente tierra por medio, tampoco podemos olvidar que Juan Carlos Ino está investigado, ni imputado, ni reclamado por nadie, ni aquí, ni en Suiza o en otra parte del mundo. Es un ciudadano español con su pasaporte (como usted o como yo) que, gracias a Dios y a nuestra bendita democracia, podemos movernos libremente por todo el mundo, mientras no se demuestre lo contrario. Y, mientras tanto, porque es justo y necesario, intentar entre todos fortalecer a la institución de nuestra Jefatura del Estado (hoy una monarquía parlamentaria) y a quien la representa, creo que bien y muy dignamente, Felipe VI, en cuyo pellejo no me gustaría estar. Y a los que critican a la Institución o a quien la representa, habría que preguntarles: ¿qué otra opción, más justa, democrática, segura y barata proponen? Y, en el caso de que sea en forma de república: ¿qué tipo de república?… ¿la venezolana, brasileña, alemana, americana, coreana?… ¿Prefieren la francesa que es la república europea más monárquica que conozco, o la monarquía española, que es, según dicen, la más republicana de Europa?… Lo dicho: ¡Virgencita, que quedemos como estamos!

El Rey Felipe VI y la Reina Leticia, en su última visita a Canarias el pasado junio.