Siempre he dicho públicamente (y hoy lo escribo) que, cuanto antes sea posible y de cara al futuro (pensando sobre todo en nuestra infancia y juventud) deberíamos aclararnos nosotros mismos, y, de nuevo democráticamente y mejor por consenso, revisar esto de los símbolos y, si hiciera falta, reformar (como se hizo con el Estatuto de Autonomía) lo que proceda de la mejor manera. En lo de nuestra bandera, además, el amor, el sentimiento y el respeto hacia ella no termina de calar por el debate de su su duplicidad y hasta porque en las fiestas populares se ponen (creo que porque son más baratas) con las franjas en sentido horizontal. Y peor aún, en determinadas islas o lugares se pone con el blanco y azul encima (como si Tenerife estuviera por encima de Gran Canaria) y en otros, como dice el mago, “a la viceversa”, el azul y amarillo por encima, como si predominase Gran Canaria sobre Tenerife. Como diría don Juan Ríos Tejera (nuestro popular y respetado “Juanito Cabeza”) … “¡no me busquen problemas donde no los hay!” …. y… “¡arreglen eso por las buenas!”
¿Tenerife o Gran Canaria por encima?… “¡no me busquen problemas donde no los hay!”…. y… “¡arreglen eso por las buenas!”