PERO QUE NO ME TOQUEN LA CABRA DE LA LEGIÓN

Voy terminando El Cotarro de hoy asegurándoles que esta deriva sale espontáneamente desde mi convencimiento personal de que es mejor seguir unidos. Y, a ser posible, con una sola bandera (como en Estados Unidos, con perdón) que no venga el PSOE, ni el PP, ni CC, ni Podemos a patrimonializarla. Ni la bandera oficial, ni la de las siete estrellas. Antes prefiero que nos unamos todos en una sin escudo y sin siete (u ocho) estrellas verdes. Las tres franjas verticales y que lleguemos pronto a asumirla, respetarla quererla y defenderla, como bandera común de todos los canarios, por encima de ideologías y partidos. Y, antes de terminar, recordar, asumiendo las palabras de un amigo (casi un hermano), Ignacio Pintado Mascareño, una persona excepcional y una mente privilegiada que, tristemente, ya no está con nosotros. Ignacio siempre me/nos decía: “Yo soy más canario que el «padre» Teide… A mí a Canario no hay quien me gane;… ¡pero que no me toquen la cabra de la Legión!”. Estoy seguro de que, en una inmensa mayoría, la ciudadanía de Canarias se siente española y solo requiere que se entienda, reconozca y asuma nuestra idiosincrasia y nuestra indiscutible realidad ultraperiférica, archipielágica y, por tanto, interinsular. Solo eso, que no es poco, pero tampoco es mucho.

Tal como yo lo veo y desde mi humilde opinión, creo que lo que representa este lazo, es lo que debe motivar a nuestros responsables políticos

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