INJUSTA RUINDAD GASTRONÓMICA

♦  Mi querido y recordado amigo Manuel Iglesias García, uno de los mejores periodistas gastronómicos que ha dado Tenerife y Canarias, me enseñó que los que nos dedicamos por profesión a dicho sector, y que tenemos el privilegio de contar con una página de periódico o un micrófono de radio a nuestra disposición, teníamos que ser muy responsables y cuidadosos, a la hora de publicar la crítica de un establecimiento. Otro gran amigo y maestro, el periodista José Carlos Capel, presidente de MadridFusión y crítico gastronómico del periódico El País (uno de los más rigurosos, por cierto), me ha enseñado que, para ser responsable y valorado, la crítica gastronómica debe ir firmada por su autor y no vale (ni debe valer) esconderse tras un seudónimo, como está haciendo alguno por estos andurriales. No podemos, no debemos, es injusto jugar con el plato de comida (nunca mejor dicho) de muchas familias de profesionales, por culpa de una crítica desmedida que, encima, no va firmada con el nombre y apellidos (reales) de su autor. Y menos en un territorio pequeño, como es el caso de nuestras islas. Yo siguiendo los principios de Manuel Iglesias, o hago una crítica en positivo señalando, en todo caso, los aspectos a mejorar o, simplemente, me callo. El buen restaurante triunfará con toda seguridad… y el mediocre o malo, terminará cerrando, más pronto que tarde, por sí solo.

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Comedor del restaurante Brunelli´s, un gran steakhouse en el Puerto de la Cruz

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