La veneración al Cristo de La Laguna no es solo patrimonio de La Laguna y su ciudadanía, sino que lo es de Tenerife y Canarias. Por ello tanta gente se fija en sus fiestas mayores y las anécdotas que en ellas se producen. Este año, como siempre, ha habido positivas y negativas. De las positivas, sin duda, me quedo con la vuelta a “su casa” del querido Fray José Arenas Sabán, nuestro “Pepe” Arenas, quien, durante doce años, fue rector del Real Santuario del Cristo y prior de su Comunidad Franciscana. Pepe Arenas desarrolla actualmente su labor pastoral en la parroquia de San Francisco de Asís de Albacete, y ha venido para disfrutar del “Día Grande” y para predicar en el tradicional Octavario del Cristo, que se celebra hasta el día 21. Gracias al gran Pepe Arenas.

El querido Fray José “Pepe” Arenas, de vuelta en “su” isla, posa en la calle lagunera que, con total merecimiento, lleva su nombre

Otra curiosa anécdota, y ejemplar, por cierto, la protagonizó el teniente de alcalde santacrucero, Alfonso Cabello Mesa, quien fue a los actos en representación del alcalde chicharrero, José Bermúdez. Para no estar usando el coche oficial, ni venir en su habitual medio de transporte (un scooter), ni tener problemas de aparcamiento, Alfonso Cabello no tuvo problema en coger el tranvía, emperchado con el protocolario frac y sin mosca alguna. Eso es predicar con el ejemplo.

Alfonso Cabello Mesa, de frac en el tranvía, camino de La Laguna y sin mosca alguna, predicando con el ejemplo la conveniencia del uso del transporte público.

Desde que el mundo es mundo (que diría el otro) las fiestas mayores de La Laguna se han visto realzadas con la presencia de un predicador de relevancia para el Quinario en honor al Cristo, y la presencia de una personalidad, también relevante, en representación de la Jefatura del Estado. Durante años fue un representante de Franco y, desde la reinstauración de la Monarquía, lo ha sido de Juan Carlos I, antes, y de Felipe VI, ahora. Siempre la Esclavitud ha sido respetuosa con la institución de la Jefatura del Estado y con quien la ostentara en cada momento. Este año, el magnífico predicador ha sido monseñor Carlos Amigo Vallejo (cardenal y arzobispo emérito de Sevilla) y la representación del Rey ha recaído en Fernando Clavijo (presidente del Gobierno de Canarias). Y desde que el mundo es mundo, el esclavo mayor les invita (y paga de su bolsillo) a un almuerzo con productos, recetas y sabores canarios.

Este año se celebró en la emblemática casona canaria que la familia González de Aledo tiene en Valle de Guerra, en La Laguna. El protagonismo fue para un sabroso potaje de berros con gofio amasado, y un exquisito taco de cochino negro canario con papas negras y mojo episcopal. O sea, elaborado (todo hay que decirlo) por nuestro obispo, Bernardo Álvarez, que es “una fiera” a la hora de hacer mojo picón con pimientas palmeras. Al final, todo se suavizó con unos huevos moles… también con gofio. Parece que, tanto la “sede cardenalicia” como la “casa real” quedaron encantadas con el homenaje, con la hospitalidad y con el sabroso menú.

Distendido aperitivo canario antes de la tradicional comida de la Esclavitud (pagada por el esclavo mayor) en homenaje al predicador y del representante de la Casa Real.