La veterana Asociación industrial de Canarias (ASINCA) fue la primera entidad empresarial patronal fundada en Canarias en 1978, y creo que la única que, desde que se fundó hace ahora 42 años, tiene profundamente anclado en su ADN el espíritu regional. Con un inteligente y práctico sistema “cremallera” para ocupar la Presidencia, quien preside la entidad es de una provincia y su vicepresidente es de la provincia hermana. Al siguiente cambio, el que era vicepresidente pasa a ser presidente y entra un nuevo vicepresidente, siempre de la provincia contraria a quien ostenta la Presidencia. Desde hace menos de un mes, el tinerfeño Raúl García Pascual, hijo de Martín García Garzón y consejero delegado del Grupo MONTESANO es el nuevo presidente de ASINCA, teniendo como vicepresidente al grancanario Virgilio Correa. La asamblea de ASINCA se celebró bajo el lema “Ahora más que nunca, Industria!”, sin duda, todo un claro manifiesto. Y es que, efectivamente, como dice el propio Raúl García Pascual, la industria es estratégica para Canarias, genera empleo estable y de calidad, aporta valor añadido y hace de efecto arrastre de la economía, es competitiva, potencia la diversificación económica y se implica en el desarrollo del territorio. En Canarias hay más de 5.000 empresas industriales, que aportan el 6,2% del PIB regional (casi 3.000 millones de euros), y proporcionan casi 40.000 empleos directos y 120.000 indirectos. Yo ahí lo dejo…
Raúl García Pascual, nuevo presidente de ASINCA