Debo decir finalmente que, cuando explica la iniciativa el Esclavo Mayor, Francisco Doblas González de Aledo, se respalda el proyecto básico con sus planos, alzados e infografías (verdaderas), se rodea de informes y, sobre todo, cuenta con el acuerdo unánime de su Junta General. Cuando habla la concejala de Urbanismo, Candelaria Díaz, le respalda la legislación vigente y la normativa urbanística en la zona. Hay que documentarse y dialogar. Cuando a un loro le enseñan una palabra o una frase, éste la suele repetir una y mil veces, pesada y machaconamente, pero el animalito no piensa y, muchas veces, lo que le enseñan es falso o no correcto y, por tanto, lo que él repite, tampoco lo es. Como reza el evangelio de San Juan y como muchas veces he repetido en El Cotarro, “La verdad es la que nos hace libres”. A mí, al menos, me hace libre.
EL CACAO DE LOS GUACHINCHES AMENAZA
El mago suele ser muy buena gente y una persona muy inteligente. Y como suele decir Antonio Rodríguez “El Zapa” popular zapatero artesano de La Laguna, “el mago, es mago hasta la quinta generación… y después, súper mago”. Creo que hemos llegado a la quinta generación y hay muchos que están entre desconcertados y cabreados, entre hartos y con ganas de ponerse en su sitio y plantarse. El motivo no es otro que el “cacao” (o caos) de los llamados guachinches o, mejor dicho, el de los “mal llamados” guachinches. Los verdaderos autorizados tienen que cumplir una rigurosa normativa y, si no lo hacen, multa que te pego. Pero los “mal llamados” guachinches, que no están legalizados ni autorizados a abrir con esa denominación, la siguen utilizando, por la cara, como si tal cosa, y nadie les dice nada, ni los mete en vereda. Hay amenazas de denuncias por competencia desleal y se barrunta una guerra de guachinches, nada buena.
El Guachinche de Chona (que no lo es) en calle Velázquez de Santa Cruz.
SON PATRIMONIO EXCLUSIVO DE TENERIFE
Todo esto a partir del llamado “Decreto de los Guachinches” firmado por el entonces presidente regional, Paulino Rivero Baute, el 1 de agosto de 2013, hace ahora exactamente cinco años, y que no ha servido para casi nada. Una normativa (para mi nefasta) desarrollada por el Gobierno de Canarias a través del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA) y que contempla el concepto “guachinche” como un establecimiento habitual en “zonas vitivinícolas de Canarias”, cuando, lo cierto y verdad, es que el guachinche es un establecimiento genuino, auténtico y legítimo, propio y característico patrimonio “solo” de la isla de Tenerife. Encima, ahora las autoridades y las administraciones públicas promocionan y publicitan al “guachinche” de cara al Turismo, como “los establecimientos de restauración típicos”, con el consiguiente y lógico “mosqueo” de restaurantes, merenderos, tascas, tabernas, casas de comida, bodegas y bodegones, que se sienten amenazados y dejados de la mano de Dios.
Señalización del “guachinche vegano” Casa Chano, en La Corujera.
CURIOSIDADES QUE NOS… “ENCOCHINAN”
Hay curiosidades en este cacao que hacen (con razón) “encochinar” al personal. Solo unas muestras de ellas. Hasta el propio gabinete de prensa del ayuntamiento de El Rosario se confunde cuando comunica que “el guachinche La Morra se alzó con el premio a la Mejor Elaboración de la I Ruta del Pincho, organizada por la Concejalía de Desarrollo Local, que dirige el edil Yeray Gutiérrez”. Pero La Morra no es un guachinche y su propio equipo (como pueden ver en la foto) luce en sus delantales el calificativo de “restaurante”. Como tampoco lo es en el mismo municipio El Frangollo o El Belillo (antes restaurante Casa Manolo, que fue gran salón de bailes y banquetes). No lo son (casi todos tienen el distintivo de la “R” en su fachada) pero todos se publicitan en Facebook como guachinches. El guachinche de Chona abre con esa denominación en el número 14 de calle Velázquez, en pleno centro de la capital tinerfeña. También con la “Bc” de bar cafetería en su puerta, el guachinche El Calderito (del grupo+que carne) se anuncia autodenominándose “guachinche moderno”, en el número 8 de la carretera general del Sur, en Taco. Y hasta tenemos el autodenominado “guachinche vegano” Casa Chano, en La Corujera, cuya carta ofrece “chorizo de perro de tofu, tempeh de fiesta, morcilla de arroz y sangre de drago.
El equipo del ganador restaurante La Morra (que no es un guachinche)



