LAS SIRENAS VOLVIERON A DESEMBARCAR

Para acabar les recuerdo que el año 1983, unos amigos palmeros se reunían los sábados con el maestro Quico Concepción y el grupo “La Sabatina” a pintar paisajes. Un sábado se fueron de comida y vacilón y, metidos en “simones” (léase vasos de vino) desembarcaron en la playa con sana alegría y unas algas por la cabeza a modo de corona… Los bañistas les vieron con tal pinta, que comentaron… “¡tremendo desembarco de sirenas!” Y como son los palmeros para poner nombres a personas y cosas, “Sirenas” les llamaron y “Sirenas” se quedaron, repitiendo cada año su desembarco. El pasado 1 de septiembre cumplieron con su tradición (¡y van 35 años!) en la playa de La Salemera, acompañados por el gran Víctor Lorenzo Díaz, el querido “Sosó” convertido en la “sirena Sosohnova” y ataviado como tal. Como siempre, visitaron el cementerio de la capital y rindieron su emotivo homenaje anual a los compañeros “caídos” y este año, de forma especial, al querido y recordado José Sosvilla (q.e.p.d.). Tras las paradas habituales “para repostar”, un asado elaborado por el chef argentino Óscar Doria, dio pie para brindar por la amistad. Felicidades a todos por continuar la tradición y… ¡a los vasos!

FOTO 9.- SIRENAS 2018

Foto de familia oficial y exclusiva del “Desembarco de las Sirenas de La Palma” en su 35ª Edición de 2018. Felicidades por conservar la tradición 35 años y… ¡a los vasos!

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INCIDENTE EN LA PROCESIÓN DEL CRISTO

Un triste y lamentable incidente, perturbó el pasado 14 de septiembre la solemne “Procesión del Retorno” del Cristo de La Laguna a su Real Santuario. Una presunta promesa al Cristo sirvió para abusar de la buena fe y aprovecharse de la buena voluntad de dos serios empresarios, Myriam Ortega Quintero y su hermano Germán Ortega Quintero, propietarios del ya emblemático La Laguna Gran Hotel, así como de Agustín Ruíz Ortega, hijo de Myriam y joven director del establecimiento. El personaje (creo que muy equivocado) protagonista principal del incidente, el florista Juan Álvarez, se presentó en el hotel poniendo por delante su número de esclavo y dando a entender que la Esclavitud estaba al tanto de lo que pretendía hacer y que contaba con su “permiso”.

FOTO 1.- PETALADA

Momento del “diluvio” con muchos de los asistentes protegiéndose de la “mojada”

PROMESA CON CARGA DE RESENTIMIENTO

La mentada “promesa” iba a ser en forma de ofrenda floral al Cristo lagunero, por medio de una “petalada” (lanzamiento de pétalos) al paso de la procesión. Eso se ha hecho muchas veces durante años (y nadie se ofende ni la Esclavitud lo prohíbe). En algunas casas del recorrido procesional se lanzan con mesura algunos pétalos de flores (muy pocos) desde ventanas y balcones, pero en una cantidad no superior a una sencilla bandeja o una pequeña cesta tipo panera. Pero el ínclito Juan Álvarez (que se presenta como Campeón de España de Arte Floral) se pasó tres pueblos y medio, lanzando un auténtico “diluvio de pétalos” y digo lo de “diluvio” porque, encima y para más daño y desgracia, estaban mojados. Unas nueve o diez cajas parece que tiró el caballero y su ayudante… Luego, además, ofrecieron tres ramos de flores que se pusieron en el trono, pero que, cuando se llegó al santuario, los recogieron y se los llevaron. Por lo que se vio, promesa, sí, pero solo el ratito de la procesión.

FOTO 2.- RESPONSABLES

El florista protagonista, Jesús Álvarez (c), llevándose al final los ramos ofrecidos.

TRISTE DILUVIO EN FORMA DE “PETALADA”

Hay que reseñar, por cierto, que la señora Olga Zarzuela Garrido (directora de la Asociación Española de Floristas) ha remitido una carta donde, textualmente, dice que “no es exacto decir que Juan Álvarez es el campeón de España de Arte Floral, aunque él se presente así. Realmente fue campeón de una edición en concreto y ni siquiera del campeonato general, que es la Copa de España de Arte Floral, sino de la Copa Junior, para menores de 25 años, el año 1996”.Pero si Juan Álvarez es feliz presentándose así, que disfrute con su autobombo. Yo lo que creo es que el lanzamiento que hizo (me da la impresión que desde algún resentimiento, también injusto y equivocado) fue exagerado, desmesurado, sin sentido…. Por no hablar de los gritos, las frases y los insultos (que han sido grabadas) y que se profirieron a la Esclavitud y los esclavos, desde los balcones del hotel por parte de los enervados protagonistas… Sin duda, la triste “petalada” se convirtió en una vergonzosa “paletada”.

FOTO 3.- CRISTO
Talla (se ven manchas junto al costado) y corona, afectados por el diluvio de pétalos.