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Desde hace un par de semanas el gran equipo de El Cotarro y su “cuadrerío” de informadores y colaboradores, ha venido siguiendo de cerca un rumor (alguien sugirió que era una coña) que comenzó a expandirse cuando el líder chino Xi Jinping (presidente de la República Popular China) estuvo dándose un garbeo por nuestra isla y visitando el Teide. Mientras se desarrollaba aquella estancia y el grueso de las medidas de seguridad se centraban en la custodia del avión Jumbo presidencial y la comitiva de Xi Jinping, se dice, se comenta, se rumorea, que agentes sin identificar pudieron haber perpetrado un importante y estratégico robo de documentos en la sede del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA) que preside Juan Francisco Padrón Rodríguez. La cosa tiene su coña, porque el ICIA, que tiene su sede y laboratorios en Valle Guerra (La Laguna), depende de la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias que comanda la consejera palmera Alicia Vanoostende. O sea, que la cosa afecta indirecta y musicalmente a nuestro Gobierno canario.

El presidente de China, Xi Jinping, visitando hace unos días las Cañadas del Teide.

El centro del asunto radica en la desaparición, por un presunto robo, de los papeles, documentos, muestras y resultados de más de diez años de investigación secreta, en torno a las increíbles y nunca bien exploradas y ponderadas cualidades del pelo de la cabra tinerfeña autóctona y, más concretamente, todo lo relacionado con una importante patente internacional para el uso de ese versátil pelo caprino en la fabricación artesanal de cuerdas para timples y otros instrumentos, también de cuerda, como el cuatro venezolano el charango andino, el ukelele de Hawái, o el Cavaquinho brasileño. La prestigiosa y desinquieta veterinaria María del Rosario “Marichu” Fresno Baquero, rigurosa y respetada directora Científica del ICÍA no dudó en denunciar el asunto y poner la coña en conocimiento de sus superiores. Tengan en cuenta lo importante del asunto si se confirmara el robo de la patente que estaba en curso, y la pérdida del negocio mundial de venta de cuerdas de pelo de cabra tinerfeña.

Juan Francisco Padrón (presidente del ICIA) con la directora científica, Marichu Fresno

Detectada la importante irregularidad del tema con ramificaciones internacionales, al poner el ICIA el tema y el presunto robo en conocimiento del Centro Internacional de Inteligencia (CNI), éste reaccionó con profesionalidad y, al parecer y dada la relevancia y repercusión del asunto, decidió crear una discreta sucursal del centro en Tenerife (léase célula especial con siglas CSI- El Pico), con sede también en Tejina (La Laguna) y optó mandar y destacar a dos de sus más inteligentes y autóctonos agentes de inteligencia: Juan Francisco Capote (con nombre en clave “agente Capotín”) y su fiel compañero Agustín González (con nombre en clave “agente Fosforito”… Más bien, Fóforo, para los amigos). Ambos agentes viajaron desde el exterior acompañados de un perro policía secreto de raza Pastor Alemán y de nombre original Alfred (pero que vino disfrazado de Presa Canario y con el nombre en clave alias Sultán)

El agente “Fóforo” (i) y el agente “Capotín” (d), con sus gorros cachuchos blindados y sus chalecos (en este caso, mantas esperanceras antibalas) agarrando al agente “Sultán” (aunque en verdad es “Alfred”, un perro policía secreto Pastor Alemán mimetizado como Presa Canario)

Desde la llegada de los agentes de inteligencia la noticia ya saltó a los medios de comunicación y hasta la CNN Tejina se hizo eco de la misma en su informativo presentado por Silvia Monasterio del Escorial y hasta el también periodista Christopher Lu, venido desde Houston (Texas-USA). En el informativo de la televisiva CNN Tejina se afirmó que “el mundo de la investigación en Canarias está de luto” y también que “este robo significará que sin pelos de cabra no va a haber más instrumentos musicales de cuerda y sin instrumentos será el fin de la música”. En una asamblea general con todos los investigadores y trabajadores del ICIA, se planteó suspender los permisos, viajes y las vacaciones, hasta que se aclarara lo sucedido. Pero el personal del ICIA se rebeló y amenazó con denunciar la cosa a los sindicatos, y los agentes Capotín y Fóforo comenzaron sus investigaciones y pesquisas ayudados por Sultán, descubriendo que había una posible conexión con la trama china a través de un restaurante de comida a domicilio al que pedían Pollo Chop Suei (escaldón, en canario) y Diente de Dragón de Ajo (arroz a la cubana, pero en chino)

Los agentes analizan al microscopio la calidad de las cuerdas de pelo de cabra.