AL FINAL…UN PARTO ENTRE TIRABUZONES

En el tramo final Morgan se pesará dos veces a la semana y disfrutará de una dieta especial para compensar lo que ya estará demandando “su bebé” desde su barriguita. Cuando falten 24 horas para el parto, bajará la temperatura de su cuerpo unos dos grados, se relajará hasta sentir las primeras contracciones y, en ese momento, comenzará a realizar tirabuzones en su piscina especial de 12 metros de profundidad (quizá la más profunda del mundo en un zoológico). En el momento oportuno la nueva (o nuevo) bebé orca saldrá expulsado y, en menos de 15 segundos, la propia Morgan le ayudará a subir a la superficie para que coja aire y lo seguirá haciendo durante la primera hora hasta “enseñarle a respirar” y que la neófita “se entere” de que, aunque esté nadando, es un mamífero y aprenda a salir cada cierto tiempo a coger aire. Y seguramente, Wolfgang Kiessling y el equipo del Loro Parque nos propondrá que, entre todos, busquemos y elijamos un nombre para la primogénita o primogénito de Morgan. Ya alguien me ha sugerido que, si fuera macho, se podría llamar “Teide”. Pero lo importante ahora es que todo vaya bien y nazca sin problema. Amén.

FOTO 8.- ECÓGRAFO

Detalle del ecógrafo durante la realización de una ecografía a Morgan en Loro Parque

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LADRAN, LUEGO CABALGAMOS CON SABOR

Me estoy cansando de que algunas personas poco presentables (todas ellas con curiosas trayectorias profesionales y techos de cristal) intenten transmitir que soy yo “el malo de la película” en lo que a la gastronomía en Tenerife se refiere. Seguramente, el chef Andrea Bernardi y su compañera y pastelera Fernanda Fernandez, co-propietarios del restaurante Nub, se merezcan una estrella Michelin. No he sido yo y no seré nunca el que diga lo contrario. Otros muchos hablan por detrás y dicen por lo bajini lo que no se atreven a manifestar públicamente y a las claras. Lo que yo sí digo, porque es público y notorio, y porque me lo reconoció la propia Fer Fernández, un día antes del otorgamiento de su merecida estrella Michelin, es que su restaurante no tenía licencia de apertura y que ya habían visto un par de establecimientos para mudarse en breve tiempo.

FOTO 1.- NUB

Fernanda Fernández (i) y Andrea Bernardi, “alma mater” y “alma páter”, respectivamente, del restaurante NUB (1 estrella Michelin).

LA “COLUMPIADA” DE LA GUÍA MICHELIN

No sé si la culpa de todo este embrollo que se ha armado es culpa de ellos (Andrea y Fer), del Ayuntamiento de La Laguna (por su muchas veces incomprensible lentitud) o de la propia Guía Michelín (por “columpiarse” al no enterarse de la realidad de las cosas). Y lo que sí digo, con todos mis respetos a la guía Michelin, es que, no pueden “escudarse” en que, cuando sus anónimos inspectores visitan un establecimiento “no solicitan las escrituras del local o las licencias” porque, como bien ha dicho Toño Armas (propietario y director de la vinoteca El Gusto por el Vino), “no son técnicos de Urbanismo”. Pero sí deben saber los inteligentes y rigurosos inspectores de la Michelin que, en Canarias, todos los establecimientos debidamente legalizados tienen que mostrar en su fachada una placa que les identifica y define su sector y su categoría. En los casos de bares y cafeterías una “Bc” y en el caso de restaurante la “R”. Esas placas garantizan (o deben garantizar) que un lugar está debidamente legalizado.

FOTO 2.- FACHADA

Puerta de entrada del restaurante Nub, en la calle Antonio Zerolo, de La Laguna

ANDREA Y FER MERECEN UNA ESTRELLA

Y dicho lo anterior, no hay que ser Sherlock Holmes para haberse dado cuenta y comprobar que, por motivos que desconozco (y no quiero entrar en detalles) la placa con la “R” nunca (que yo sepa) ha lucido junto al número 2 de la lagunera calle Antonio Zerolo. Quizá Andrea y Fer han estado muy metidos en lo suyo (los fogones y la sala) y hayan descuidado los temas burocrático-administrativos; quizá el Ayuntamiento deba revisar sus protocolos de inspección; y quizá la Michelin deba hacer algo más… para que éstas, sus estrellas, no se apaguen de la noche a la mañana dejándonos ese sabor agridulce que no se merece nadie. Ni Andrea y Fer, ni Tenerife, ni la propia Michelín. Deseo que Andrea y Fer abran pronto un renovado Nub en una nueva ubicación, ojalá que sea en La Laguna, y espero que en la Michelin le respeten la estrella otorgada. No hace falta decir que me alegro de que el MB Abama, El Rincón de Juan Carlos, Kazán y Kabuki Abama conserven las que ya tienen. Y no puedo terminar sin decir que, sin duda alguna, el chef Braulio Simancas y su restaurante Las Aguas, merecían (y merecen) el otorgamiento de una primera estrella.

FOTO 3.- FERNANDA

Fer Fernández, el pasado miércoles, poniéndose la chaquetilla que le acredita como poseedora de una estrella Michelin, en el restaurante Nub.